Contador se despide a lo grande

Alberto Contador se convirtió ayer en el héroe de L’Angliru, punto final de la vigésima etapa, en la que Chris Froome se proclamó virtual ganador de la Vuelta. Lágrimas de emoción del madrileño, que se retira hoy y lo hará con la victoria en la mítica cima asturiana. “Te imaginas mil despedidas, pero ninguna como esta”, manifestó tras la etapa. Se quedó sin podio, pero la victoria de ayer, la sexta en la Vuelta a sus 34 años, marcará para siempre al único español que ha ganado las tres ‘grandes’. Le siguieron en meta, a 17 segundos, Wouter Poels y su jefe Chris Froome, con la amplia sonrisa del ganador. Al sexto intento, entrará hoy de rojo en Madrid. En la lucha por el podio, Zakarin le birló el tercer puesto a Kelderman, mientras que Nibali aseguró el segundo. Junto a Froome subirán al podio en Cibeles.

La emoción de la vigésima etapa fue de menos a más, concentrada en los 45 últimos kilómetros con tres puertos de entidad. Para empezar la Cobertoria, donde el Bahrein de Nibali tiró en cabeza a 1:25 del grupo en fuga. Lluvia en la Cobertoria, sol con viento en contra en El Cordal, donde Pantano, un hombre de Contador, marcó el ritmo en el grupo principal. El descenso puso al pelotón de favoritos en fila india. Con Marczynski escapado con 1:40 minutos de renta, arrancó Contador acompañado de Pantano y Enric Mas. Era el inicio de L’Angliru, el “ogro” de la Vuelta. El madrileño, junto a Mas, inició el muro con 40 segundos sobre Froome. Hasta el sol salió por momentos en los últimos 8 kilómetros, los más inhumanos del ascenso, justo cuando Contador rebasó a Marczynski, acompañado de Yates, Soler y Bardet, supervivientes de la fuga.

El italiano aguantó el segundo puesto y el ruso arrebató el tercero a Kelderman, que será quinto

En Les Cabanes tensó Contador. Aguantó Soler sin levantarse de la bici y claudicaron los demás. Preludio de otro hachazo del madrileño, quien se esfumó a 5,4 de la cima. Por detrás, Froome iba a su ritmo, Kelderman no daba la cara en defensa del tercer puesto y Nibali no se movía. Buena perspectiva para Contador, con 1:22 de ventaja a 3,7 kilómetros de meta, a punto de llegar a la pared de La Cueñe les Cabres. Con niebla se pasó la pancarta de 2 kilómetros. Por detrás Froome se había despegado junto a Poels. Se preparó el maillot Contador, bien cerrado, cargó el arma de ganar y disparó al aire. Por última vez.