La derrota sufrida por el Lleida el pasado sábado en su visita al Villarreal B (1-0), ha reducido el margen de error que tienen los de Gerard Albadalejo en su objetivo de lograr la clasificación para el play off de ascenso a la Segunda división A. Faltan siete jornadas para que concluya la fase regular de la Liga, es decir, 21 puntos en juego, y el Lleida tiene 47. Teniendo en cuenta que en nueve de las diez últimas temporadas la liguilla se ha alcanzado con un mínimo de 60 puntos, el Lleida tendría que sumar un mínimo de 13 para conseguirlo, es decir, cuatro victorias y al menos un empate.
De estos siete partidos que faltan por disputarse, el equipo tan solo jugara tres en el Camp d’Esports. De los 21 puntos que faltan por jugarse, solo 9 los defenderá en casa, mientras que fuera luchará por los otros 12. En principio, no le bastará para lograr la clasificación para el play off con ganar los tres partidos del Camp d’Esports, que tampoco serán fáciles (Formentera, Valencia Mestalla y Olot), por lo que, además de sellar esos 9 puntos que jugará ante su afición, tendría que ganar en una o dos de las cuatro salidas que le quedan (Mallorca, Hércules, Elche y Sabadell).
Además, el calendario que le espera al equipo es realmente duro, con cuatro enfrentamientos con equipos que están clasificados entre los ocho primeros, es decir, rivales directos que también tienen como objetivo el play off, aunque a alguno de esos partidos, puede que su rival llegue ya sin opciones.
Tras recibir el próximo domingo al Formentera, al Lleida le esperará una fase durísima en la que visitará al líder, el Mallorca, recibirá al séptimo clasificado, el Valencia Mestalla y encarará una doble salida en la que visitará al Hércules, que ahora es octavo y al Elche, tercero en la clasificación. Los dos últimos partidos serán en casa ante el Olot, el equipo al que entrena Raúl Garrido y que en esta jornada ha ganado 0-1 en Cornellà y que, probablemente, pueda llegar al Camp d’Esports con la salvación asegurada, mientras que despedirá la fase regular en Sabadell, el equipo de Seligrat, que ya no tiene opciones.