Dirección errónea

Este no es el camino que conduce al play off. El Lleida transita por la dirección errónea si quiere lograr su objetivo de volver a luchar por el ascenso a la Segunda división A. Ayer perdió por 0-1 ante el Formentera en un mal partido y de nuevo entre familia, dejando escapar una buena oportunidad de meterse entre los cuatro primeros. Pero volvió a fallar en el intento y dio un paso atrás al firmar su segunda derrota consecutiva y rompiendo con una buena racha de cuatro victorias seguidas en el Camp d’Esports.

Quedan seis partidos, pero aunque el técnico, Gerard Albadalejo, diga que no quiere hacer cuentas, éstas son muy claras. Hay que sumar puntos. El camino para el play off pasa por ganar partidos, y más cuando se trata de un rival directo, como la pasada jornada ante el Villareal B, o ante un equipo de la zona baja, como ayer ante el Formentera.

En el campo se enfrentaban el Lleida, que lucha por el play off y el Formentera, que lo hace por la permanencia. Y fue el equipo balear el que puso más intensidad y peleó por cada balón, consciente de lo mucho que tenían en juego. El Lleida se difuminó entre pérdidas absurdas de balón, pases sin sentido y, de nuevo, de espaldas al gol, con algunos jugadores muy por debajo del nivel que se espera de ellos. Es cierto que llegó más veces y con más peligro que su rival. Es cierto que remató más que el Formentera. Pero ese es el mínimo que se le supone a un equipo que quiere llegar al fútbol profesional. El equipo balear demostró por qué está peleando en la zona baja, pero jugó con más ímpetu, defendió con solidez y se encontró con un gran gol que le dio una inesperada victoria. Nando Quesada marcó el 0-1 con un impecable lanzamiento de falta directa que entró por toda la escuadra, haciendo inútil la estirada de Diego Rivas, que nada pudo hacer.

Al Lleida se le atragantó el Formentera desde el primer minuto. Fobi subía la banda como quería hasta que se le acabaron las fuerzas. El centro del campo era del rival y, cuando el balón llegaba a los hombres de ataque leridanos, sus remates no llevaban peligro o se fallaban de forma incomprensible, como la ocasión que tuvo Juanto Ortuño en el minuto 18 ante la misma línea. Gerard Albadalejo tuvo que cambiar de esquema pasada la media hora de juego, dando entrada a Andriu para jugar con tres centrales y compensar el desequilibrio de la medular. El árbitro anuló un gol a Juanto en el añadido del primer tiempo, por supuesto fuera de juego y que, de subir al marcador, hubiera cambiado el rumbo del partido. Pero no subió.

En la segunda parte el juego no mejoró y el Formentera marcó el 0-1 con un extraordinario lanzamiento de falta de Nando Quesada. El Lleida no tuvo capacidad de respuesta y sigue por el camino equivocado.