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El ICG tiene atado a Oruste y negocia varias renovaciones

La rúa, que duró tres cuartos de hora, fue una fiesta.

La rúa, que duró tres cuartos de hora, fue una fiesta.LLEONARD DELSHAMS

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El ICG Software Lleida ha empezado hace días a planificar la próxima temporada, en la que, a priori, no se prevén demasiados cambios. Todo dependerá de las salidas que se produzcan, aunque la intención de Albert Folguera es mantener todo el bloque. La única baja segura es la del argentino Darío Giménez, que hace semanas ya comunicó su marcha al Valdagno, como adelantó SEGRE el pasado lunes.

El club italiano pagará la cláusula de rescisión de un jugador que “nos ha cambiado la manera de jugar de arriba abajo”, indicó Albert Folguera, que lo comparó, salvando las distancias, con Ronaldinho. “Su llegada contagió de alegría a aquel Barça, algo que Darío ha hecho con nosotros. Es un espectáculo verle jugar. Nunca he visto a un jugador tan bueno técnicamente como él, y mira que he entrenado a jugadores en mi carrera”, apuntó el técnico listado, quien solo le desea suerte. “Solo podemos estar agradecidos de haberlo podido disfrutar y abrirle las puertas y desearle lo mejor”.

El canterano, que este año ha sido el octavo jugador de pista, podría acabar cedido para tener minutos

Su baja la suplirá otro internacional argentino, Maximiliano Oruste, como también adelantó este diario. El actual jugador del Alcoy, que es el cuarto máximo goleador de la OK Liga con 26 tantos, tiene cerrado un acuerdo con el club listado, solo pendiente de la firma del contrato, que no se hará hasta que acabe la temporada.

Asimismo, el ICG ha iniciado contactos con Jordi Creus y César Candanedo para prolongar un año más sus contratos, al igual que hará con Joan Cañellas, Albert Mola y los hermanos Andreu y Lluís Tomàs, básicos en los esquemas de Folguera, mientras que Roberto y Bruno Di Benedetto tienen contrato en vigor. El canterano Deri Mataix podría salir cedido para tener más minutos de juego.

lleida

“Aquesta Copa també és vostra, disfruteu-la!!!”. Este fue el mensaje que Andreu Tomàs, capitán del campeón de la CERS, el ICG Lleida Llista, lanzó desde el balón de la Paeria a los cerca de doscientos aficionados, muchos de ellos jugadores de la base, que se congregaron para jalear a los “héroes” que han dado a Lleida el primer título continental por equipos de su historia.

Con puntualidad británica, la rúa partió desde el Onze de Setembre, con alguna gota de lluvia amenazante que no fue a mayores, y con todos los jugadores y técnicos enfundados en la camiseta conmemorativa de la efémeride. Una gran foto de todos ellos con la Copa y la leyenda Campions CERS Cup ilustraba la parte frontal, con la frase Som blaus de cor, som campions d’Europa detrás. Al grito de ¡Campeones de Europa!, el bus turístico empezó a circular con la música a todo volumen y con la gente desde la calle saludando al paso de los listados, que no pararon en todo el trayecto de gritar y saltar, todos menos los dos convalecientes, Roberto Di Benedetto, operado hacía dos días, y Darío Giménez, con un tobillo hinchado. Ambos tuvieron que protegerse en más de una ocasión de Bruno Di Benedetto, totalmente desbocado en la celebración y que fue el maestro de ceremonías con el micrófono en mano. Los jugadores hicieron suyo el cántico de la afición portuguesa del Barcelos durante la Final Four, pero adapatado: “¡Yo quiero un Lleida campeón!”, que se entrelazó con el ya habitual de ¡campeones, campeones! y el ¡oé, oé, oé, ser del Llista és lo millor que hi ha!. Tampoco faltaron las alusiones a la rúa que recientemente hizo el Barça por su doblete, pidiendo Andreu Tomàs que llamaran a Luis Suárez para que trajera unas pizzas, así como cánticos de MVP a uno de los héroes de la final, el portero Lluís Tomàs.

El bus llegó a la Paeria y allí jugadores, técnicos y directivos entraron en el consistorio atravesando el pasillo que los jugadores de la base les hicieron con sus sticks. En el balcón, los hermanos Tomàs, Darío Giménez y Albert Folguera agradecieron a la afición su apoyo. “Esperem que no sigui l’última”, espetó el técnico. Ya en el salón de plenos se hicieron los parlamentos más emotivos. El presidente, Enric Duch, con la voz entrecortada por la emoción, recordó a todos los que han pasado por el club, “gente anónima que dio su vida por este club”. El mismo mensaje lanzó Folguera, que también desveló algún secreto, como que Darío le aseguró que llegarían a la final, o que los hermanos Di Benedetto le dijeron al llegar que venían a ganar la Liga. “Eso es ambición”, dijo. Finalmente, Andreu Tomàs enumeró uno a uno a todos los componentes del “grupo de amigos que somos”, con especial mención a su hermano Lluís, recordando ambos a su holligan, su padre.

La rúa, que duró tres cuartos de hora, fue una fiesta.

La rúa, que duró tres cuartos de hora, fue una fiesta.LLEONARD DELSHAMS

La rúa, que duró tres cuartos de hora, fue una fiesta.

La rúa, que duró tres cuartos de hora, fue una fiesta.LLEONARD DELSHAMS

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