Yates sentencia la Vuelta

Simon Yates asestó ayer un golpe prácticamente definitivo a la Vuelta después de acabar segundo, por detrás del francés Thibaut Pinot, en la decimonovena etapa, que partió de Lleida y recorrió cerca de 130 kilómetros por la provincia hasta alcanzar Andorra. Después de la llegada de la ronda a Lleida el jueves, Balaguer, Ponts, La Seu y otras localidades disfrutaron ayer del paso del pelotón, reuniendo a centenares de aficionados en sus calles y también en las carreteras por las que transcurrió la ‘serpiente multicolor’. No faltaron banderas para animar a los ciclistas, que afrontaban un final de etapa muy duro, así como esteladas y pancartas reivindicando la libertad de los independentistas presos.

Pinot fue el único que aguantó a Yates cuando el británico atacó a 10 kilómetros de meta, dejando clavados a todos sus rivales. El galo se aprovechó del esfuerzo del líder, que aumentó a 1:38 su margen sobre Valverde. Nadie le siguió excepto Pinot y Kruijswijk. Dejó atrás a Valverde, Mas y Quintana, y fue directo a lanzar un golpe mortal para sus rivales. “No planifiqué nada, todo es cuestión de mentalidad, y me dedico a atacar, tenía poca ventaja y me gusta atacar”, manifestó Yates, quien aún no se fía “porque la etapa de mañana –por hoy– es muy difícil y todo puede pasar aún”. La fiabilidad del líder es muy sólida. Aparte de su superioridad en carrera, dejó a Valverde a 1:38, a Kruijswijk a 1:58 y a Mas, cuarto, a 2:15. No obstante, hoy espera una jornada de seis puertos y un final en el Coll de la Gallina. Valverde manifestó que “no he perdido la Vuelta y lo mismo que me ha pasado a mí le puede pasar a Yates”.

El pelotón pasó por Balaguer, Ponts y La Seu, entre otras localidades, antes de entrar en Andorra

Yates dejó atrás a Valverde y el resto de rivales y tiene 1:38 sobre el murciano y al holandés Kruijswijk a 1:58

La de ayer fue una etapa rápida, previsible, sin escapadas consistentes y controlada por el Movistar hasta que Yates le destrozó el plan al equipo español. Marc Márquez, el piloto de Cervera cuatro veces campeón del mundo de MotoGP, cortó la cinta de la salida, conoció a Sagan, recibió el maillot arcoíris y el rojo y deseó suerte a Valverde y Mas “para que la Vuelta se quede en casa”. No sabía el leridano la que les esperaba en La Rabassa a los dos mejores españoles de la Vuelta. La salida fue rapidísima, con 48 kilómetros en la primera hora. Kwiatkowski, Clarke y Ghebreigzabhier trataron sin suerte el despegue, pero el Movistar no dio tregua y dejó claro que no habría cobertura para las escapadas. Aún así avanzaron unos kilómetros Jonathan Castroviejo y Thomas. Todo estaba funcionando bajo guión cuando en el llano se rompió el pelotón por impulso del Movistar, a 35 kilómetros de meta. Con el líder en un segundo grupo, el Bora se encargó de recuperar a Yates.

A pie del único puerto de la jornada el grupo entró en la batalla final. La Rabassa fue el escenario de la exhibición de otro británico que se quiere hacer grande en la Vuelta.El Movistar entró marcando el ritmo con Anacona a 17 kilómetros de la meta. Cuando ‘reventó’ el colombiano le relevó su compatriota Nairo Quintana, quien se llevó a Kruijwijk y Bennett. A ellos se unió Pinot. Cuando todo parecía ceñirse a la estrategia del Movistar apareció Yates con su maillot rojo para demostrar que la mejor defensa es un buen ataque. El líder del Mitchelton ‘quemó’ a Quintana, que esperó a Valverde y luego pinchó, tanto la rueda como sus ilusiones, ya que dejó a Valverde a su suerte. Enseguida se abrieron diferencias. Yates y Pinot tenían a más de un minuto a Valverde y Mas.Pinot retó a Yates por la etapa. Arrancó el francés a 200 metros de meta, ya imparable. Yates no contestó. El de Manchester habla poco. Prefiere atacar, su arma letal. En el techo de la Vuelta acarició el cielo, ya que desde La Rabassa divisó Madrid.

La vigésima etapa se disputará hoy entre Andorra-Escaldes-Engordany y el Coll de La Gallina, con 97,3 kilómetros.