FÚTBOL COPA DEL REY
La segunda unidad se reivindica
Malcom, que se retiró al final lesionado, celebra su gol, el tercero de ayer del equipo ante la Cultural.
El Barça selló ayer su pase a los octavos de final de la Copa del Rey al ganar a la Cultural y Deportiva Leonesa (4-1) en el Camp Nou, en un partido en el que fue muy superior y que sirvió para despejar las dudas de la ida a la par que jugadores como Denis Suárez o Munir aprovecharon su oportunidad. Del 0-1 de la ida, con gol de Lenglet al final del duelo en el Reino de León, salieron dudas sobre el mal rendimiento del equipo y de algunos jugadores poco habituales. Ayer, esos mismos señalados brillaron, como Munir con un gol y Denis Suárez con un doblete, y el equipo se entonó para golear a la ‘Cultu’ que, no obstante, se fue con gol de honor del feudo azulgrana.
Tres grandes goles de Munir, Denis y Malcom en la primera parte, con gran protagonismo de Rakitic, que ejerció de capitán, sentenciaron la eliminatoria en la primera parte y en la segunda, tras un amago de racción de la Cultu con el gol de Señé tras un mal despeje de Cillessen, el canterano Riqui Puig, que debutaba en partido oficial con la primera plantilla, salió para lucirse y para asistir en el cuarto gol a Denis. La lesión de Malcom, que se fue llorando tras torcerse el tobillo y se retiró aclamado por el Camp Nou, fue el contrapunto negativo en el tramo final.
Pese a las muchas ausencias y a un once con muchas pruebas, el conjunto de Valverde exhibió un gran potencial ofensivo y no tuvo compasión de la defensa leonesa después de sacudirse la feroz presión inicial de los visitantes, aunque en algunas fases del partido se dejó dominar por el entusiasmo leonés. Brillaron Denis Suárez, Malcom y el dúo Riqui-Aleñà, mientras que a Munir le faltó contundencia en los metros finales.
Riqui Puig dijo tras el partido que vivió el “debut soñado, encima con asistencia y el equipo ha ganado. Es el fruto de cada día, de entrenar duro y dar el máximo”. El canterano añadió: “Venía aquí al estadio cuando tenía tres años. Saltar al campo con una oportunidad de 35 minutos que me ha dado Ernesto es un sueño hecho realidad, es lo que siempre he soñado desde pequeño”.
