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BALONMANO COPA ASOBAL

Una final inédita en Lleida

El francés Dika Mem se levanta por encima de Federico Vieyra para lanzar a portería.

El francés Dika Mem se levanta por encima de Federico Vieyra para lanzar a portería.JORDI ECHEVARRÍA

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La vigésima novena edición de la Copa ASOBAL de balonmano vivirá esta tarde (19.00/Esport3) en el Barris Nord de Lleida una final inédita entre FC Barcelona y Bidasoa Irún, los dos primeros clasificados de la Liga que ayer hicieron buenos los pronósticos eliminando en semifinales a Abanca Ademar León (28-21) y Fraikin Granollers (30-25), respectivamente.

Los azulgranas, absolutos favoritos al título, no faltarán a la cita por undécima temporada consecutiva y buscarán su decimocuarta corona, la octava consecutiva, después de deshacerse con relativa facilidad de un Ademar que nunca tuvo opciones de darle la vuelta al partido. No habrá final catalana, como muchos esperaban, ya que el Granollers, que venía con bajas, no pudo superar a un histórico Bidasoa que ha vuelto a meter la cabeza entre los grandes. Hacía 22 años que no disputaba esta competición, que ganó la temporada 1992-1993 tras batir en la final al Teka Santander.

Los irundarras obtuvieron el primero de los billetes para hoy tras derrotar al Granollers en una gran segunda mitad. Los vallesanos aguantaron el tipo hasta el descanso (15-16), en gran medida por la efectividad de Figueras, pero tras el paso por los vestuarios, la defensa del Bidasoa ahogó sus ataques. A falta de diez minutos, prácticamente dejó sentenciada su clasificación al alcanzar una ventaja de siete goles que supo rentabilizar hasta el final.

La segunda semifinal fue muy distinta, especialmente porque el Barça no dio la más mínima opción a que saltara la sorpresa. Un parcial de salida de 5-1 en los primeros seis minutos, con un juego eléctrico, obligó a Rafa Guijosa a pedir tiempo muerto. Las instrucciones del técnico leonés pararon un poco la sangría, si bien los azulgranas, con Víctor Tomàs y Gilberto Duarte estelares en ataque, alcanzaron los seis tantos de renta superado el ecuador de la primera mitad (12-6), reducidos a cinco al descanso (15-10).

Un gol en contraataque de Ariño y otro de Fabregas nada más arrancar la segunda mitad elevó la diferencia hasta los siete goles (17-10). Ni las dos exclusiones de Petrus ni los dos penaltis fallados por Mortensen, poco habitual en él, hicieron peligrar la victoria ante un Ademar que lo más cerca que estuvo del Barça fue a cuatro goles, gracias sobre todo a una gran actuación de su portero Nacho Biosca.

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