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© El moment abans de la sortida dels corredors a la Cursa de l'Oli el 20 de gener passat.
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© El moment abans de la sortida dels corredors a la Cursa de l'Oli el 20 de gener passat.
ITER5Dicen que hacer trampas en el deporte es la mayor de las derrotas. Es probable que tenga este sentimiento ahora una pareja que intentó engañar a la organización de la Cursa de l’Oli participando el corredor J.M.R.M. con dos chips, el suyo y el de su pareja C.M.B., lo que le valió a esta un lugar en el podio de su categoría pese a que ni siquiera corrió. La prueba, perteneciente al circuito de carreras populares de la Lliga Ponent, cumplía su decimosexta edición y se disputó el pasado 20 de enero en Les Borges Blanques, en el marco de la 56 Fira de l’Oli Qualitat Verge Extra i de Les Garrigues. El Club Atlètic Borges, entidad organizadora, recibió denuncias acerca de estas supuestas trampas y fueron definitivas las fotos en las que se veían los pies del atleta ‘tramposo’ luciendo un chip descubierto, el suyo, en un tobillo, y el otro, el de su compañera, escondido en el calcetín de la otra pierna. La organización comprobó después que los tiempos que habían marcado el hombre y la mujer, que pertenecen a un club de Lleida ciudad, eran exactamente los mismos. Fue la prueba determinante para que procedieran a la descalificación de ambos, al tiempo que lo anunciaron en las redes sociales provocando reacciones de indignación entre un colectivo cada vez más numeroso de ‘runners’.
“Es que aquí nos conocemos todos porque casi siempre estamos los mismos en todas las carreras. No entiendo aún por qué lo hicieron”, señala Jordi Gil, presidente del CA Borges, quien apunta que “el año pasado ya tuvimos un caso similar en el que una atleta se puso dos chips para que una amiga suya, que no podía correr ese día, sumase puntos para la Lliga Ponent”.
La Lliga Ponent, pese a tratarse de una competición eminentemente popular, ha supuesto todo un ‘boom’ en el deporte popular leridano en los últimos años creciendo a la par que lo hacía el fenómeno ‘running’ y ha cobrado prestigio entre corredores anónimos, la mayoría pasada la treintena que muestran cada vez un nivel más cercano a la élite en algunos casos pese a ser totalmente amateurs.
“Nos hacen mucho daño y nos duelen estas trampas. Al final los que se engañan son ellos mismos”, afirma Enric Burgués, socio propietario junto a Eduard Aixàs de Iter5, la empresa que gestiona la Lliga Ponent a través del cronometraje. Por ello Iter5, además de la descalificación de la pareja ‘tramposa’ por parte del CA Borges, ha decidido expulsar durante un año a ambos de la Lliga Ponent. “Nuestro reglamento ya indica claramente que el chip es personal e intransferible y que no está permitido correr con el de otra persona porque quien lo haga no puntuará para al Lliga. Pero hemos decidido dar un paso más y los expulsamos de la Lliga Ponent este año. Está en juego el prestigio de la competición”, destaca. No obstante, J.M.R.M. y C.M.B. podrán seguir corriendo este año en las carreras populares si los admiten los clubes organizadores, pero para Iter5 no contarán a nivel de clasificación.
La escena más hilarante se produjo durante la entrega de premios en la clasificación de nacidos entre los años 1959-1968 categoría DF, donde la corredora C.M.B, que supuestamente había hecho podio no acudió ni tampoco su pareja, que corrió por ella. Lo recogió en su nombre un compañero de su club. La organización anunció que en breve hará la entrega del trofeo a la verdadera tercera clasificada de esta categoría, Ester Cortés Alonso. “Será deporte popular pero todo el mundo busca su momento de gloria”, lamenta Enric Burgués.