Campeones sobre la bocina

El Barça reeditó ayer el título de campeón de la Copa del Rey ante el Real Madrid en la prórroga, por 93-94, en un partido que se volvió completamente loco. Los de Svetislav Pesic repitieron la historia de Las Palmas, en otra final épica, que fue por barrios hasta verse perdida y ganada por ambos en varias ocasiones. Un tapón de Randolph sobre Tomic en la última jugada fue invalidado por los árbitros, tras verlo por televisión (Instant Replay), al tocar el madridista el balón después de que este tocara al tablero.

La final arrancó con más acierto del habitual por ambos bandos, pero fue el Barça quien más tiempo estuvo por delante gracias a su gran defensa (16-20, m.10). En el segundo cuarto Llull comenzó a tener su momento. Dos triples suyos y el ritmo que imprimió al juego fueron fundamentales para que el Madrid recuperara el mando 27-25 (m.14). De aquí hasta el descanso baloncesto control, lucha bajos los aros, defensas al límite y marcador igualado (35-35). El Madrid dio un estirón en el tercer cuarto y llegó a situarse 17 arriba (58-41). El 60-46 con el que finalizó el periodo dejó la puerta de título entreabierta para los blancos. Pero el Barça no había dicho la última palabra. Comenzó el intento de remontada con tres triples de Claver, Oriola y Heurtel, dejando la desventaja en solo seis puntos (61-55, m.32). El cuarto triple, esta vez de Kyle Kuric (61-58), evidenció el momento de crisis de los de Laso.

El Barcelona tuvo ganado el partido con 75-77 a falta de 4 segundos, pero no contaron con el factor Llull, que prefirió asegurar con una ‘bombita’, en vez de lanzar un triple, y mandó al partido a la prórroga (77-77). Tras cinco minutos de incertidumbre y de cambios en el marcador, el Barça volvió a tener ganado el partido cuando vencía por 87-92 a falta de 21.3 segundos. Pero el Madrid reaccionó. Randolph anotó un triple y en la jugada posterior, evitó la canasta en contraataque de Singleton con un manotazo directo en la cara que los árbitros no castigaron como falta. Y del posible 90-94 que casi sentenciaba el duelo, se pasó al 93-92 tras un 2+1 de Jaycee Carroll, con solo 4.3 segundos por jugarse. En la última acción, Randolph volvió a ser protagonista al taponar el tiro de Tomic, pero la revisión de los árbitros determinó la ilegalidad y la validez de la canasta (93-94). Llull lo intentó desde debajo de su aro sin fortuna esta vez. La maldición del organizador continúa.