El sueño sigue vivo

Con pragmatismo, sin demasiada brillantez, pero con eficacia, el Lleida superó la segunda de sus cuatro finales –la primera fue ante el Perelada– y sumó su segunda victoria consecutiva en La Fuensanta de Cuenca (1-2), lo que le permite mantener vivo su sueño de play-off aunque continúe sin depender de sí mismo. En cualquier caso, y a la espera de las dos ultimas finales ante Barça B y Baleares, los de Joan Carles Oliva se colocan a dos puntos del Cornellà, que ocupa la cuarta plaza, y a la espera de lo que haga hoy el Espanyol B. El Lleida da la sensación de haberse puesto las pilas y prioriza la victoria antes que el buen juego –no le queda otra– y esta vez supo sacar provecho de las debilidades de un Conquense, con el agua al cuello, y que confirmó, pese al incondicional apoyo de su afición, escasa pero ruidosa, porque está donde está. Los de Oliva, superaron el síndrome de jugar ante los equipos en zona descenso, demostró esta vez entereza al no venirse abajo ante una adversidad como fue el encajar un gol madrugador con un penalti transformado por Jorge en el minuto siete de partido.

El Lleida, que ayer utilizó nuevamente el efectivo 4-2-3-1 que tan buen resultado le dio ante el Peralada, repitió alineación con el único cambio de Juanto Ortuño por el lesionado Pedro Martín. Atrás volvió a estar eficaz, con un valiente Víctor Vidal que muestra un desparpajo inusual en las salidas, y un magnífico Álex Felip que hace mejorar a Albístegui y da equilibrio a un inestable centro del campo en las anteriores jornadas.

Con el 1-0 en contra, el Lleida no se apresuró y buscó sacar provecho de algo que tenía hasta ahora olvidado: Las jugadas de estrategia. Asi llegó el empate en una falta lateral que Felip colgó al área y entre Juanto que entró al remate y el portero local, que no llegó, el balón acabó en el fondo de la portería blanca. Un golpe del que el Conquense ya no se repuso pese a que Gerica (41’) tuvo el gol a su alcance pero su remate salió ligeramente desviado.

El Lleida, además, tuvo la suerte de cara, al marcar en los primeros compases de la reanudación. Un córner, nuevamente botado pro Felip, permitió a Albístegui marcar el 1-2 y poner en franquicia a un Lleida, pese a la machacona constancia de los locales, tan insistente como ineficaz, hasta que llegó la jugada clave del partido. En el minuto final del añadido y en la única vacilación de la defensa leridana, el balón le llegó a Nova, sumado al ataque, pero su remate, a puerta vacía, acabó fuera, para alivio y satisfacción de los de Oliva. Fue la constatación de que se había superado la prueba y que el sueño sigue todavía vivo pese a que quedan dos finales más (y que fallen los demás) ante Barça B y en el feudo del campeón Atlético Baleares en Son Malferit.