Messi acerca al Barça a la final

El Barcelona puso un pie en la final de la Liga de Campeones (3-0), gracias a su gran pegada, con un doblete de Messi y otro gol de Luis Suárez, que arreglaron un discreto partido ante el Liverpool, que tuvo ocasiones de llevar la eliminatoria más abierta a Anfield Road.

Valverde sacrificó el juego posicional sentando a Arthur e igualó el despliegue físico del rival poniendo a Arturo Vidal. Y el Barça propuso a los ‘reds’ un partido de ida y vuelta que a punto estuvo de costarle caro en el arranque. Pero al final, logró oro puro de un duelo que se le complicó por momentos pero que, por ocasiones, pudo incluso haber resuelto con un marcador aún más amplio.

El triunfo azulgrana se fraguó en la pegada de Suárez y Messi y en la gran actuación de Ter Stegen

El Liverpool, mucho más acostumbrado al intercambio de golpes, fue a buscar muy arriba a los azulgranas, incapaces de poner pausa al choque, acumulando pérdida tras pérdida y empezando a sentir el agobio del equipo de Klopp.

Pero ya lo dijo Rakitic en la víspera: en este Barça, Messi se pone delante y los demás le siguen. El astro argentino acabó con el desconcertante inicio de sus compañeros bajando a recibir al centro del campo para evitar que el equipo se partiera en dos.

Dos fogonazos del ‘10’ pasado el cuarto de hora acabaron con sendos remates de Coutinho, el primero a las manos de Allison y el segundo demasiado cruzado. El Barcelona, que estaba siendo dominado, golpeaba primero. El Liverpool, que había perdido a Keïta por lesión, mediada la primer mitad, seguía apretando pero, pese a la movilidad de Salah y Mané, no llegaba con claridad a la meta defendida por Ter Stegen.

Y entonces, apareció Jordi Alba, en una de sus internadas por la izquierda, para poner un centro en el área pequeña. Luis Suárez se tiró al suelo y cazó el balón para firmar el 1-0. Era su primer gol en la Champions desde el 4 de abril del 2018.

A los 26 minutos el Barça ya mandaba en la semifinal y, en una primera parte loca, empezaba a sentirse con confianza para ir a por más. Los ingleses acusaron el tanto y perdían intensidad, aunque convertían cada error de los azulgranas en una seria amenaza. Un remate alto de Mané tras un pase de Henderson y un disparo desviado de Milner desde la frontal fueron las únicas oportunidades visitantes en toda la primera mitad.

Salió el Liverpool a por el empate tras la reanudación, y casi lo consiguió en sus dos primeras aproximaciones. En ambas, Ter Stegen atajó magistralmente los remates de Milner y Salah.

El Barcelona sufría atrás e insistía en el ataque directo en lugar de apostar por la posesión. Eran los peores momentos del conjunto local y Valverde decidía cambiar a Coutinho por Semedo, adelantar a Sergi Roberto y pasar a un 4-4-2 para ganar equilibrio y posesión.

El Camp Nou, lleno a reventar, se dio cuenta del delicado momento y decidió aumentar la presión ambiental. Eso sí, silbó a Coutinho cuando se iba. El Barça seguía persiguiendo sombras en lugar de defender con el balón, como es natural en él.

Pero el equipo de Valverde exhibió pegada y marcó en la primera llegada clara de la segunda mitad. Una rápida transición que acabó con un remate al larguero de Luis Suárez, cuyo rechace lo empujó Messi a portería vacía para marcar el 2-0 a falta de un cuarto de hora. Había salvado su peor momento.

Klopp, desesperado en la banda, se jugó la carta de Firmino, reservado por sus problemas musculares, pero este curso Messi ya lo avisó: quiere “esa copa tan linda y deseada” que se llama Champions.

El crack argentino la reventaba a la escuadra en un lanzamiento de falta para hacer el tercero (3-0), enloquecer al Camp Nou y sumar su tanto 600 como azulgrana.

En los últimos minutos, el Liverpool intentó sobreponerse al golpe buscando un gol que le mantuviera vivo para la vuelta en Anfield, pero Salah estrelló un disparo al palo con Ter Stegen prácticamente batido, después de que Rakitic salvara sobre la línea un remate previo.

Aunque el 3-0 parecía demasiado premio por como había ido el partido, el Barcelona pudo ampliar el marcador en alguna contra. En la última jugada del añadido, Dembélé, recién entrado, falló otra clara, rematando solo a las manos de Alisson.