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Anna Fillat (en la foto, arriba primera por la derecha), ha practicado como jugadora federada al menos una decena de deportes, ha ejercido de directiva y es entrenadora de balonmano en el Handbol Pardinyes como lo fue hace años en la Associació Lleidatana siendo ayudante de Gerard Lasierra en el equipo que ascendió a la máxima categoría estatal. Aun siendo pionera, nunca le han ofrecido entrenar a hombres. “No me importaría y me siento capacitada, pero ser entrenador implica mucho más que ser jugador. Y en el caso de las mujeres los entrenamientos coinciden con horas de trabajo en el hogar cuando acabamos la jornada laboral. ¿Si es culpa nuestra? Puede ser, pero alguien debe ocuparse de los hijos y de la casa. En el último curso de monitores de balonmano no se presentó ninguna mujer. Pasamos desapercibidas”.
