CRÓNICA. Última decepción del Lleida Esportiu

El Lleida Esportiu puso punto y final a una segunda vuelta “horribilis” con una nueva derrota, esta vez en el campo del campeón del grupo, el At. Baleares (2-1), que lo festejó con cierta mesura dado que aún le queda todo el play off por delante. Aunque los de Oliva remataron más veces entre los tres palos que su rival –6 los leridanos por 3 los baleares–, lo cierto es que los jugadores del Lleida, aunque durante la semana se habían llenado la boca de buenas intenciones, nunca dieron la sensación de que fueran capaces de ganar un partido en el que se jugaban las escasas opciones que les quedaban por disputar el play off de ascenso. Incluso cuando en un momento dado del partido, cuando el Lleida ya perdía 2-1, y los resultados del resto de rivales le eran mínimamente favorables –el Barça B y Espanyol perdían y el Cornellà empataba– tampoco se les vio poner una marcha más en un abarrotado Son Malferit, que llevó en volandas a un equipo perfectamente dirigido por Mandiola, desde la banda, y por el eterno Fullana y el británico Samuel Shashoua, todo un hallazgo en el meracdo de invierno, y que esta vez tuvo en el punta Nuha un estilete que rompió cuando le tocó hacerlo a un Lleida que volvió a fallar en las jugadas de los dos goles locales.

Hasta entonces, el Lleida se había defendido aceptablemente bien e incluso habia equilibrado el remate inicial de Villapalos (6’) con otros dos de Oriol, (23’) y de Noel (33’) que detuvo bien el meta Carl Klaus. Pero llegó una contra de manual de los locales, que dan la sensación de moverse como pez en el agua en las reducidas dimensiones de Son Malferit, que inició De la Espada y que llegó al espigado Nuha, que se plantó ante Pau Torres para batirle de una espléndida vaselina. Buscó el Baleares, con el Lleida tocado, la sentencia y la encontró un par de minutos después, en un córner lanzado por Fullana, que defendió fatal el Lleida y que Nuha, solo en el segundo palo, marcó a placer. Lo mejor de los de Oliva, que siguió encaparrado en su 4-2-3-1 –solo en el descanso reaccionó para pasar al 4-4-2 dando entrada a Pedro Martín–, es que reaccionaron rápido y un minuto después del 2-0 llegó el 2-1 con una buena jugada de Noel que transformó Juanto Ortuño. Fue la única vez en la que los locales se desconcertaron y cedieron dos remates a Dalmau (39’) y Zotko (45’), que no hicieron demasiado daño. El segundo tiempo estuvo de más, máxime cuando el Lleida se quedó con diez por la expulsion de Trilles, al ver la segunda amarilla, y al que debió acompañar Zotko, que agredió sin balón a Canario cuando este estaba en el suelo. Tras la tangana de rigor, remates lejanos y sin peligro. El Lleida quería (poco) y no podía y el At. Baleares comenzaba a festejar su condición de campeón.