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'Repatriados' por el virus

El entrenador Pablo Petreñas tuvo que volver de Irak y los golfistas Carlos Pigem y Emilio Cuartero no pudieron ir a India y Kenia || Fernando Jubero y Dani Rubiol regresaron al fútbol japonés

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.USA HOY

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La crisis del coronavirus ha tenido una especial incidencia en los deportistas leridanos que viven en el extranjero o que suelen competir durante gran parte del año en otros países. Los casos son muy dispares. Tres de ellos, el técnico de fútbol Pablo Petreñas, que estaba en Irak, y los golfistas profesionales Carlos Pigem y Emilio Cuartero, han tenido que regresar a Lleida al cancelarse las competiciones, mientras que el entrenador Fernando Jubero y su ayudante Dani Rubiol, que dirigen al Jubilo Iwata de la Segunda división del fútbol japonés, hicieron el camino inverso y volvieron al país del sol naciente poco antes de que se decretara en España el estado de alarma.

El de Linyola sigue en Montreal y sale a correr cada día, a la espera de que se reanude la Liga MLS

Ahora mismo la situación en Japón, auque también se ha extendido el coronavirus, es mejor que en España y hacemos una vida más o menos normal”, explica Dani Rubiol a SEGRE desde Iwata, ciudad de unos 180.000 habitantes, a unas 3 horas por carretera de Tokio. “Estuvimos Fernando y yo en casa hace unas semanas, pero cuando empezaba a ponerse aquí la cosa fea pudimos regresar a Japón. Hemos entrenado y jugado partidos amistosos sin público. En la vida diaria no se nota apenas. Hay que tener en cuenta que en Japón no se saluda dando la mano sino inclinándose y los japoneses ya están acostumbrados a llevar mascarilla cuando alguien tiene síntomas de fiebre o está resfriado. Además, las medidas de higiene del club son muy estrictas y nos toman la temperatura constantemente”, señala Rubiol que dice “tener una sensación agridulce y a la vez de impotencia pues nosotros estamos bien pero sufrimos por nuestras familias y amigos”.

Pablo Petreñas, entrenador de fútbol, fichó el pasado año como preparador físico del Naft Al-Wasat, uno de los mejores equipos de la Liga iraquí. Ahora mismo está en Lleida porque cuando surgió el coronavirus en China, la Liga en Irak estaba parada. “Acordamos con el entrenador que es iraquí y el presidente de que era mejor que regresara a casa por si se complicaba la cosa. Allí se paraba todo y yo me quedaba solo en el hotel. Estoy esperando a que se reanude la Liga”, comenta Petreñas que ya tiene experiencia en el fútbol argelino.

Los golfistas Carlos Pigem y Emilio Cuartero también están en casa. A Pigem, que juega el European Tour, le impidieron entrar en la India a jugar un torneo, igual que al resto de españoles que participaban, por culpa del coronavirus. “Estoy en casa, pero espero que no se me olvide el swing”, bromea resignado. Cuartero estaba a punto de viajar a Kenia. “Nos han cancelado los próximos torneos, incluidos algunos en verano. Así que las esperanzas de trabajar son muy pocas”. La situación de Pigem y Cuartero se agrava porque son autónomos. No son como los futbolistas que tienen una nómina y, además, tienen a su cargo un caddie, un preparador físico y, en algunos casos, hasta un psicólogo deportivo.

Por su parte, Bojan Krkic permanece en Montreal (Canadá) son la Liga de fútbol norteamericana (MLS) suspendida. El futbolista de Linyola sigue un confinamiento no tan restrictivo como aquí. Según su entorno familiar, “al menos puede salir a correr cada día porque tiene

muy cerca bosques y, eso sí, haciéndolo en solitario”.

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.USA HOY

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.USA HOY

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.

Bojan Krkic, durante un partido con el Montreal Impact.USA HOY

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