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Ilusiones renovadas

El Força Lleida, con nuevo presidente, abre hoy una Liga plagada de incertidumbre por la Covid con el objetivo de jugar el play off || Seis caras nuevas para un equipo más físico y polivalente

La plantilla del ICG Força Lleida, con seis caras nuevas, abre hoy la competición recibiendo en el Barris Nord a un reforzado Almansa.

La plantilla del ICG Força Lleida, con seis caras nuevas, abre hoy la competición recibiendo en el Barris Nord a un reforzado Almansa.ITMAR FABREGAT

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El Força Lleida arranca esta noche (21.00) su noveno proyecto consecutivo en la LEB Oro con ilusiones renovadas y con la esperanza de pasar una temporada más tranquila que las anteriores con el permiso del coronavirus, que sigue sembrando de incertidumbre el desarrollo de la competición. Con pruebas de detección de la Covid-19 previas a los partidos, con medidas excepcionales para aislar a los equipos al máximo y con los aforos limitados a un tercio de la capacidad de los pabellones, la Liga echa hoy a andar con un formato diferente y adecuado a la pandemia, con los equipos divididos en dos conferencias y con dos fases, una primera para dirimir qué diez formaciones (las cinco primeras de cada grupo) lucharán por el ascenso a la Liga ACB y cuáles (las cinco últimas) pugnarán por eludir las cuatro plazas de descenso, una más que las fijadas en la temporada pasada que añaden aún más presión.

Tras la confección de los grupos, atendiendo a razones geográficas, el Força Lleida pudo respirar un poco más aliviado al eludir, en la primera fase, a la mayoría de los favoritos, como Valladolid, Ourense, Palancia, Coruña, Melilla o Breogán, además de ahorrarse muchos desplazamientos de larga distancia que aligeran la carga económica. No obstante, esta situación hace que la segunda liguilla, en caso de caer en el grupo que luchará por no bajar, sea más temible, de modo que el reto no es otro que clasificarse entre los cinco primeros de la primera fase para afrontar la segunda parte de la Liga con la tranquilidad al estar ya salvados.

“La competición debe continuar, suspenderla hubiera sido enterrar el baloncesto”, asegura

Para ello la junta directiva, una vez completado en verano el traumático relevo en la presidencia, con Albert Aliaga supliendo a Félix González tras ganar una moción de censura, ha hecho un esfuerzo extra para confeccionar una plantilla que, sobre el papel, es más física, polivalente y competitiva que la anterior. Hay seis caras nuevas, cinco de ellas en el juego interior, que se ha renovado por completo con jugadores de perfiles diferentes. El esloveno Mirza Bulic aportará puntos tanto dentro como lejos de la pintura; el estadounidense Michael Buchanan el físico y la intimidación, el brasileño Marcus Vinicius Toledo, en su regreso a Lleida 15 años después, defensa y polivalencia; el también estadounidense Antonio Hester puntos y rebotes, y el holandés Lucas N’Guessan, en su primera experiencia profesional, ya ha demostrado que puede ser un complemento perfecto con sus 2,13 metros.

Y por fuera, el que debe liderar el proyecto por calidad y oficio, el letón Kaspars Vecvagars, que busca en Lleida un trampolín que le devuelva a una de las grandes Ligas. Repiten de la temporada pasada la pareja de bases, Adrián Chapela y Agustí Sans, el escolta Eddy Polanco y los aleros Fernando Sierra y el incombustible Miki Feliu, que se ha unido dos años más al Força Lleida.

Para liderar la nave también continúa Gustavo Aranzana, que a sus 62 años sigue tan ilusionado como el primer día. Reconoce que, obviamente, su equipo “no llega al cien por cien” y que “aún nos falta conocernos un poco más”, pero tiene claro lo que quiere. “Lo dije cuando llegué, siempre quiero que mi equipo se vacíe en la pista, se deje el alma, sea honesto con el trabajo y lo dé todo; luego es un juego en el que uno gana y otro pierde, pero que cuando acabe el partido no te puedas reprochar nada”, indicó ayer en la previa del duelo de hoy ante el Almansa de Albacete, un rival que se ha reforzado mucho y que pondrá a prueba la fortaleza de los de negro, que estarán arropados por algunos cientos de sus seguidores. “Tenemos la suerte de contar con un pabellón grande y abierto, aquí no hay peligro, la seguridad es total. Animo a que la gente venga a disfrutar del baloncesto y que nos echen una mano, porque es un año muy importante para el club”, aseveró.

El técnico vallisoletano reiteró su disconformidad con la separación de la Liga por conferencias. “Me gusta jugar todos contra todos, que es lo más justo, ya que al final el juego te acaba posicionando en la tabla”, indicó Aranzana, que pese a que vaticina muchos problemas por la Covid, tiene claro que “teníamos que jugar, la competición debe continuar, el baloncesto debe tener visibilidad, suspender la competición hubiera sido enterrar el baloncesto. Lo que tendremos que hacer es adaptarnos y ser listos. Lo que está pasando en la ACB y la Euroliga, salvando las distancias, es lo que nos pasará más o menos a nosotros, y tendremos que irnos acoplando a lo que venga”, dijo.

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