Regreso en precario

El ICG Força Lleida regresa hoy a la competición después de estar justo un mes sin competir por un brote de coronavirus en la plantilla, que obligó a confinarla durante más de dos semanas con seis jugadores y dos miembros del cuerpo técnico afectados. De hecho, las secuelas de la enfermedad aún persisten, ya que tres de estos jugadores son seria duda para el partido de esta noche en la pista del Huesca (20.30 horas), el primero de los tres que afrontará en cinco días.

Y es que finalmente la Federación Española de Baloncesto ha recapacitado y gracias a la intervención del presidente de la Federación Catalana, el leridano Ferran Aril, y a las presiones del Força Lleida, que se sentía seriamente agraviado, ha dado marcha atrás en su decisión de fijar el partido ante el Canoe el lunes 15, solo 24 horas después del duelo que los leridanos deben afrontar ante el Girona el domingo. Finalmente el encuentro ante los madrileños, correspondiente a la séptima jornada y que ha sufrido hasta tres aplazamientos, pasa al martes día 16 a las cinco de la tarde y, por primera vez esta temporada, podrá asistir público (más información en página 24).

“¿A todos los equipos se les hubiera tratado igual que a nosotros?, posiblemente no”, dijo

El duelo de hoy en Huesca es toda una incógnita, ya que el Força Lleida no ha podido entrenar con todos sus efectivos en las últimas tres semanas. Desde el lunes ha venido ejercitándose en grupos reducidos y con los jugadores llevando doble mascarilla. “Al equipo lo veo mentalmente bien, luego veremos hasta dónde podrá llegar físicamente”, señaló Gustavo Aranzana. El equipo debe ganar los tres partidos que le quedan para jugar el play off ascenso.

Aranzana carga contra la federación: “Me parece una gran cacicada” Gustavo Aranzana cargó ayer duramente contra la Federación Española de Baloncesto por obligarles a jugar tres partidos en solo cinco días habiendo estado afectados por un brote de coronavirus. “No se ha tenido empatía ni voluntad para solucionarlo”, dijo el técnico vallisoletano, quien reconoce que “la situación física del equipo es precaria”.

“Hemos tenido seis jugadores afectados, algunos han perdido el olfato, otros no han recuperado el gusto, unos con problemas de bronquios, mareos y vómitos, y siguen malos, pero tenemos que jugar. Es una falta de respeto absoluto, no a Gustavo Aranzana o a los jugadores, sino al club.

Creo que no ha habido voluntad para buscar soluciones, porque lo primero que hay que tener es empatía, porque no hablamos de una lesión, sino de una enfermedad, de una pandemia por la que está muriendo mucha gente”, añadió..