“Som de Lliga 2, alé, alé”

Afirma el guitarrista estadounidense Jason Mraz que “la música es un arma en la guerra contra la infelicidad”. Por ello, un grupo inmensamente feliz como las jugadoras del CB Lleida, recurrieron ayer a ella para acompañar su rúa triunfal por las calles de la ciudad.

La música también define a una persona o a un grupo y con su “playlist” demostraban que eran de Lleida –sonó Som de l’Oest–, jóvenes –con el Tobogan, de Zoo– y, sobre todo, campeonas, por lo que no podía faltar el clásico We Are the Champions, de Queen. Con música en el amplificador y micrófono en mano, recordaban a los leridanos con los que se iban cruzando que “Som de Lliga 2, alé, alé” y reivindicaban visibilidad: “¡Visca l’esport femení!”.

Habían llegado a las tres de la madrugada del domingo al lunes desde Alhaurín de la Torre, donde el Ekke CB Lleida logró un histórico ascenso a Liga Femenina 2, toda una gesta para este club fundado en 1984 y que desde el primer día luchó por hacer posible la utopía, dedicarse exclusivamente a la promoción del deporte femenino. Aunque no tantas veces como debería suceder, el bien acaba triunfando.

El bus turístic recogió a las campeonas en el Barris Nord a las 19.00 y las paseó hacia Ricard Viñes, el campus universitario, Cappont –pasando por delante de su pabellón de siempre y coreando el nombre del entrañable Antonio–, para regresar al escenario de sus partidos en estas últimas temporadas, dondes les esperaban jugadoras de la base, amigos y familiares. También las autoridades. Pero ayer, el protagonismo era para las jugadoras. “La celebración ha de ser para ellas”, explicaba el entrenador que las ha llevado al ascenso, Albert Puig. “Esto se lo han ganado ellas. Siempre nos ha costado sacar la cabeza y el deporte femenino merece tener visibilidad”.

Al paso del autobus, reacciones que iban desde la sorpresa para aquellos que no sabían de qué iba la fiesta, hasta aplausos unánimes de la gente que estaba en las terrazas de Doctora Castells, en su barrio, ante el pabellón en el que han pasado tantísimas horas de trabajo silencioso para poder disfrutar de un día como el de ayer. El del reconocimiento a las campeonas.