Colas en las taquillas del Camp d'Esports de Lleida y expectación con Pereira

Colas en las taquillas. Algo que en el Camp d’Esports no se veía desde hacía mucho tiempo y que es la mejor prueba de que ayer el Camp d’Esports vivió su mejor entrada desde el partido de Copa contra el Espanyol en 2018. A veinte minutos de empezar el encuentro ya había varios centenares de aficionados en el campo y, desde el silbato inicial hasta el final, los cánticos no cesaron.

En la tribuna había mucha curiosidad por ver a Luis Pereira, que se sacó fotos con varios aficionados que merodeaban un palco de autoridades lleno hasta la bandera y en el que se sentó Víctor Vidal, portero que se fue del club hace solo 13 días. Aparte de las capitanas del AEM y del socio número 1, Josep Arturo, también se sentaron entre las autoridades los exjugadores Carles Viladegut, Joan Ramon Puig Solsona, Vicenç Amigó y Aniano, todos ellos compañeros de Pereira en la segunda mitad de la temporada 1980-81, cuando el gallego jugó en el Lleida cedido por el Celta. Al lado del nuevo gestor se sentó el concejal de deportes, Ignasi Amor.

Quien no se sentó en el palco fue el todavía presidente Jordi Esteve, aunque estaba en el estadio y fue, junto al expresidente y su hermano Albert, objeto de cánticos en contra.Pese a que el partido acabó en empate, los jugadores hicieron la tradicional celebración islandesa con la grada de Gol Nord, lo que evidencia que, al margen del resultado, la victoria de ayer fue otra, y seguramente mucho más importante que tres puntos.