Victoria del Força Lleida ante otro aspirante a la ACB

El ICG Força Lleida continúa de dulce. Después de ganar la Lliga Catalana, tras un doble triunfo ante el Andorra, y arrasar a todo un Estudiantes en el debut, los de Gerard Encuentra ganaron ayer 63-71 en una pista históricamente maldita (solo habían ganado dos veces en nueve años) y a un Coruña que aspira al ascenso, para seguir invicto y colíder de la LEB Oro, compartiendo honores con los del Principat y el Palencia. El ICG Lleida arrancó el partido como acabó el del viernes pasado ante Estudiantes, en modo apisonadora.

Un 0-6 de salida, con dos canastas de un Lobo estelar y otra de Vucetic obligaron al técnico gallego a pedir el primer tiempo muerto nada más superar el primer minuto de juego. Pero el cuadro de Gerard Encuentra no bajó el pie del acelerador, ni tampoco Jaume Lobo, que con un triple y dos tiros libres consecutivos situó un elocuente 0-11 en el minuto 2.El Coruña, muy errático y ahogado por la defensa leridana, tenía que reaccionar y lo hizo gracias a los triples del croata Filipovic, que firmó dos de seguidos para dar aire a su equipo. Los gallegos, que completaron un parcial de 8-0, empezaron a dominar en la pintura de la mano de Nwogbo y Diagne, pero los triples de González y Carrera permitieron a los leridanos llegar con una renta de cinco puntos al final del primer periodo.En el inicio del segundo, después de la primera canasta de Urtasun en su segunda aventura en Lleida, al ICG se le apagaron los plomos.

El Coruña se hizo amo y señor de la pintura, logrando segundas y hasta terceras opciones de lanzamiento. Esto, unido a la aparición de Aleix Font y los triples de Jakovics y Filipovic, permitió al cuadro gallego darle la vuelta al marcador (28-25, m.15). El ICG, que había anotado 11 puntos en solo dos minutos en el arranque del partido, solo llevaba tres en los primeros cinco del segundo asalto.

Necesitaba puntos y ahí volvió a aparecer Lobo con una canasta espectacular ante el poderoso Nwogbo. Pero un triple de Vega situó a su equipo con la máxima ventaja en todo el partido, 31-27, obligando a Encuentra a pedir tiempo muerto. La situación mejoró con la vuelta de Carrera a la pista.

El venezolano asumió la responsabilidad y su el Força Lleida le dio la vuelta al marcador (32-33) y logró irse con tres puntos arriba al descanso, gracias a un robo de balón de Brito y una canasta de un Marcos que ya empezaba a dejarse ver.En la reanudación, tras un arranque igualado (44-44, m.25), el cuadro de Gerard Encuentra sufrió otro ligero bajón que el Coruña aprovechó para recuperar los cuatro puntos de renta (48-44). Aún tuvo opción de incrementarla, ya que Barrueta iba a completar un contraataque franco cuando por detrás apareció Marcos para taponar lo que parecía una bandeja clara. El ICG Lleida se creció, y más lo hizo el argentino con otras dos acciones estelares.

Inició la siguiente jugada con un caño a un rival y asistió para el triple de Lobo, y posteriormente, tras pérdida del rival, anotar de tres y darle la vuelta al partido (48-50). Epifanio paró el juego, pero el Lleida aguantó por delante hasta el final del cuarto, aunque en el arranque del último la situación se repitió a raíz de la lesión de Jaume Lobo, que fue retirado a hombros al torcerse el tobillo derecho en una entrada a canasta. La acción dejó algo tocados a los leridanos, que tardaron cuatro minutos en anotar la primera canasta en juego.

Fue un triple de Marcos, al que siguió otro de Vucetic, muy desaparecido ayer, que empataba el duelo a 60. Otra canasta del serbio tras asistencia del argentino puso de nuevo por delante a los leridanos, completando un parcial de 0-7 y obligado al técnico local a parar el partido con casi 4 minutos por jugarse.El partido estaba caliente y quien mejor para enfriarlo que Michael Carrera, otra vez inmenso en ambas canastas. El venezolano se jugó casi todas las posesiones de ahí hasta el final y sacó del partido al Coruña, incapaz de pararle.

Siete puntos suyos consecutivos acabaron por dinamitar el duelo (60-69) a un minuto y medio del final certificando así un triunfo en un feudo históricamente de mal recuerdo que mantiene al equipo invicto y colíder.