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Los 'agentes autorizados' de bancos suplen en parte la falta de sucursal

Personal con experiencia en el sector que ofrece servicio determinados días|| Los “ofibuses” son otra vía de las entidades para cubrir los huecos del mercado

Josep Aldomà es el agente autorizado del BBVA que da servicio en Sant Guim de Freixenet.

Josep Aldomà es el agente autorizado del BBVA que da servicio en Sant Guim de Freixenet.X.SANTESMASSES

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El pasado mes de junio BBVA cerraba tras más de medio siglo su sucursal en Sant Guim de Freixenet. En su día, esta oficina del municipio la Segarra fue la que tenía el número 35 de la Caja de Ahorros Provincial de la Diputación de Barcelona. Además, la especial estructura de la comarca formada por muchos pueblos, más de noventa y muy pequeños, planteaba un vacío importante para los vecinos de buena parte del territorio. El mismo alcalde, Francesc Lluc, manifestaba entonces que “el cierre será una herida para la población”.

La solución llegaba a través de mantener la oficina abierta con lo que se conoce como Agente Autorizado por el propio banco Banco Bilbao Vizcaya, con experiencia en el sector. Esto ha permitido, por un lado, mantener el cajero automático, y por otro, que el Agente Autorizado pueda llevar la cartera de clientes del territorio que tenía la sucursal que cerró puertas. La oficina abre las puertas los lunes, miércoles y los jueves, coincidiendo esta última jornada con el día del mercado semanal.

El problema de las alternativas a las sucursales es su calendario u horario reducidos

La nueva figura cobra suma importancia con la política de buena parte de las entidades bancarias de ir cerrando aquellas sucursales que no son rentables. Se traduce en dejar desiertas pequeñas y medianas poblaciones. En el caso de la Segarra el servicio es importante por el hecho de ser una comarca muy dispersa con un total de 93 pequeñas poblaciones donde solo hay oficinas bancarias en cuatro de ellas.

La figura del agente autotizado recuerda, salvando las distancias y la tecnología, a las antiguas corresponsalías de los bancos en los pueblos antes del boom de las oficinas que tuvo lugar en las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado.

El afincamiento de los bancos fue progresivo durante todo el siglo XX. Así, en la primera mitad de siglo en algunas poblaciones había familias que crearon sus propios bancos. Así, en Guissona existía la Banca Mercadé que en la década de los años 40 fue absorbida por la banca Arnús y esta última a su vez por el Banco Central. No era la única en Lleida. Así, en 1927, cuando se creó la federación de Banca Local, había otras 8 en Lleida en poblaciones como Mollerussa (2), Cervera, La Seu d’Urgell (2), Bellpuig y La Pobla de Segur.

En el caso de Sant Guim, un grupo de voluntarios de la población han mantenido también la biblioteca que creó en 1973 Caixa Catalunya y que cerró en 2011.

Además de los agentes existen otras fórmulas, como oficinas móviles. Se trata, en su mayoría, de autobuses que visitan en días determinados las poblaciones sin oficina bancaria para poder acercar los servicios a los vecinos. Son los llamados “ofibuses”, pero que siguen sin dar una atención diaria.

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