Carburantes y luz hacen caer los precios un 1,3% en Lleida

El abaratamiento de la electricidad y de los carburantes durante la pandemia ha propiciado que el nivel de precios en la provincia de Lleida se quedara en octubre muy por debajo del registrado en el mismo mes del año anterior, según los datos del IPC publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Así es que la inflación se ha desinflado un 1,3% en Ponent, Pirineu y Aran en un año, debido a que el precio de la electricidad y los combustibles ha retrocedido un 6,8% en los últimos doce meses, lo que también ha propiciado un abaratamiento del 5,4% en los transportes. En ambos casos, esta tendencia a la baja se mantuvo entre septiembre y octubre, con retrocesos intermensuales del 1,4% y del 0,2% respectivamente.

Por el contrario, entre octubre de 2019 y el de este año, el nivel de precios de los productos alimentarios y las bebidas no alcohólicas en la provincia de Lleida se ha disparado un 1,8%. Entre septiembre y octubre, el repunte fue de medio punto. Y es que, en líneas generales, la inflación avanzó tres décimas en la demarcación el mes pasado, sobre todo debido al encarecimiento de los vestidos y del calzado. En este sentido, la variación respecto a septiembre fue del 11,1%, y estos productos, en comparación a octubre de 2019, son ahora un 1,1% más caros. Por otra parte, en lo que llevamos de 2020, el nivel de precios ha caído un 1,4% en la provincia.

La tasa interanual del IPC en Catalunya se sitúa en el -1,1% y avanza un 0,3% respecto a septiembre

En Catalunya y en el conjunto del Estado español, la inflación también retrocedió empujada por la bajada del precio de la luz y de los combustibles. En el caso catalán, la tasa interanual se situó en el -1,1%, aunque avanzó, como en el caso de Lleida, tres décimas respecto a septiembre. Aun así, Catalunya es el territorio con la tasa interanual de inflación más elevada. En España, el IPC avanzó un 0,5% entre septiembre y octubre, con lo que la tasa interanual acabó instalada en el -0,8%. A la vista de estos datos, UGT y CCOO coincidieron en que reflejan la “escasez” de demanda, y pidieron estimular el consumo otorgando poder adquisitivo a los hogares.