Menos personas beneficiarias y menos donaciones de alimentos, aunque de mejor calidad. Estas son las principales conclusiones que se desprenden de la memoria de 2016 que presentó este jueves el Banc dels Aliments de Lleida. La institución atribuye el descenso de usuarios (que pasaron de 28.854 a 26.589) por primera vez después de años con cifras muy estables a un leve crecimiento económico y a la creación de nuevos puestos de trabajo. “No obstante, tenemos que estar atentos a la ocupación que se crea porque suelen ser contratos temporales o medias jornadas que pueden llevar a una cronificación de la precariedad que haga que las personas entren y salgan de esta situación”, explicó Joan Ramon Saura, presidente del Bancs dels Aliments de Lleida.
En cuanto a la disminución de la cantidad de alimentos recogida, que pasó de 1.903 toneladas a 1.709, la institución apunta como causas a la supresión del Recapte de Primavera, a los frutos de la lucha contra el desperdicio en la industria alimentaria, a la excepcional retirada de fruta en 2015 por el veto ruso y también a un incremento de la calidad de los productos donados por los ciudadanos, atendiendo a las peticiones del Banc dels Aliments. “De esta forma hemos podido dar a los usuarios unos alimentos con una mayor calidad nutritiva”, aseguró Oriol Berengué, director de la entidad.