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SERVICIOS SOCIALES

Atención a la salud mental en la calle

Un equipo de educadores sociales y enfermeras del Santa Maria, Sant Joan de Déu y Paeria atienden a 20 ‘sin techo’ al año con trastornos mentales graves || El objetivo es que acudan al médico

Josep Pifarré, Sergi Gòdia, Eva Benito, Toñi Segura y Núria Canes forman parte del equipo del SISMES.

Josep Pifarré, Sergi Gòdia, Eva Benito, Toñi Segura y Núria Canes forman parte del equipo del SISMES.ITMAR FABREGAT

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Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Esta es la filosofía del Servei d’Intervenció en Salut Mental i Exclusió Social (SISMES), un equipo de educadores sociales, enfermeras y psiquiatras que trabajan con personas sin hogar que no acuden a la red de atención sanitaria y que, además, sufren trastornos mentales y/o adicciones. Los profesionales provienen del hospital Santa Maria, Sant Joan de Déu y la Paeria y su trabajo lo desempeñan, mayoritariamente, en la calle. Según explicaron a SEGRE, atienden una media de una veintena de personas anuales y en su memoria figura que el pasado 2016 efectuaron un total de 252 visitas.

“En 2010 detectamos la necesidad de ir a buscar a estas personas que no entran en la red asistencial y cuyo trastorno mental severo cronifica la situación de sin hogar. Nuestro objetivo es facilitar, dinamizar y coordinar el acceso y la vinculación a la red sanitaria y social”, afirmó Eva Benito, educadora social de la Paeria. La primera fase de su intervención está en la calle, en cajeros o en casas abandonadas. “Es un trabajo lento, de observación, de acercarse poco a poco, de crear vínculos. En ocasiones lo aceptan y, en otras, lo rechazan”, explicó Sergi Gòdia, educador social del Santa Maria. “El equipo de calle debe conseguir que el paciente acepte iniciar el tratamiento”, añadió. Tras crear el vínculo, empiezan las visitas médicas. El objetivo final es que acudan a la red médica y a los recursos de los servicios sociales (albergue, pisos de inclusión, centro de día de salud mental o centro de trabajo).

En la fase final, los usuarios pueden acceder a uno de los 15 pisos del proyecto Housing First de la Paeria y el hospital Sant Joan de Déu, un programa que facilita una vivienda digna a una persona que lleva un periodo largo de tiempo en la calle. Actualmente tienen 15 pisos en Lleida y lista de espera.

Josep Pifarré, director de Salud Mental de Gestió de Serveis Sanitaris (GSS), explicó que con el proyecto SISMES “hemos roto estereotipos, porque hemos trabajado todos como un equipo único”. Para potenciar esta labor, la Generalitat ha sextuplicado este año el presupuesto para la atención en Lleida de personas sin hogar con problemas mentales, pasando de los 26.241 euros de 2016 a los 173.339 para 2017. “Nos abriremos a la participación de entidades como Arrels, Creu Roja o Càritas”, avanzó Pifarré.

Las claves

  • Objetivos de SISMES. Atender a personas en situación de sin hogar afectadas de trastorno mental severo y/o adicciones desvinculadas de cualquier tratamiento y vincularlas a la red de salud mental. También se aborda la garantía de las necesidades básicas (alimentación, higiene, ropa, alojamiento) y la inserción comunitaria.
  • Recursos humanos. Un psiquiatra, una enfermera y dos educadores sociales hacen una salida semanal de 4 horas.
  • Presupuestos. En 2016 contaban con un presupuesto de 26.241 euros que en 2017 se verá incrementado hasta los 173.339 euros.

El 40% de los ‘sin hogar’ sufren alguna adicción o patología mental Casi la mitad de las personas que viven en la calle sufren alguna enfermedad mental o adicción, según los datos del departamento de Salud. En este sentido, el equipo del SISMES efectuó una encuesta entre un centenar de personas que viven en la calle en Lleida y comprobó que el 79% presentaba alguna patología mental. De estos, el 30% tenían un trastorno mental severo y el 48%, adicción al alcohol o a las drogas. Según los técnicos, las personas con trastorno mental grave son más vulnerables a la hora de perder la vivienda, ya que presentan más dificultades para crear vínculos. Se calcula que en Catalunya hay 11.500 personas sin vivienda.

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