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MATERNIDAD DEBATE

Una de cada cuatro mujeres de Ponentque está en edad fértil no tiene hijos

El 23% de las mujeres leridanas que están en edad fértil no tiene hijos, la mayoría por decisión propia. Son las conocidas como ‘no madres’, una opción cada vez más extendida (también entre los hombres) a pesar de la presión que habitualmente ejerce el entorno y la sociedad sobre ellas para que cumplan con su rol reproductor.

Una de cada cuatro mujeres de Ponent que está en edad fértil no tiene hijos

Una de cada cuatro mujeres de Ponent que está en edad fértil no tiene hijos

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Cada vez son más las mujeres y los hombres que deciden no tener hijos. Una opción de vida que, sin embargo, genera controvertidos debates, sobre todo en el bando femenino, y que, pese a una presión social que sigue siendo fuerte, va ganando terreno, rompiéndose tabúes sociales y estereotipos. Y los datos muestran que el sexo femenino que no tiene hijos no representa un porcentaje pequeño. Según Idescat, una de cada cuatro leridanas en edad fértil (de 16 a 49 años) no es madre (la cifra absoluta supera las 40.000) y una parte por decisión propia.

Otro estudio, de la UAB, señala también que una de cada cuatro mujeres nacidas en la segunda mitad de los años 70 no será madre. Sobre ello, los investigadores afirman que el retraso de la edad de la primera maternidad y las condiciones materiales y conyugales que rodean la decisión entre los 25 y los 40 años son las principales causas de esta infecundidad. Sin embargo, los que por decisión propia no quieren tenerlos empiezan a explicar sus motivos y reclaman su estatus.

Una alternativa que también se abre paso en los medios y en el mundo editorial. María Fernández- Miranda, sudirectora de Cosmopolitan, ha publicado el libro No Madres. Mujeres sin hijos contra los tópicos. En él, busca referentes en actrices, modelos, presentadoras o escritoras para reflexionar sobre la no maternidad. “Yo nunca tuve instinto maternal, pero llegué a una edad en la que me planteé intentar tener hijos”, explica a SEGRE. Fernández-Miranda se sometió a un largo y doloroso proceso de fecundaciones in vitro en el que reflexionó sobre lo que de verdad quería, que era no tener hijos. “Estoy a favor de la libertad de decidir. No promulgo que lo mejor sea no ser madre. Pido que me respeten por no querer tenerlos”, sentencia. Entre sus entrevistadas destacan los sentimientos de culpa y vergüenza que han sentido estas mujeres. Y es que la presión social viene muy ligada a nuestra cultura y al papel que estrictamente siempre se le ha otorgado a la mujer de reproductora y cuidadora de la familia. Al respecto, Begoña Enguix, directora en la UOC del Grado de Antropología, señala a este diario que, aunque actualmente se ocultan menos las motivaciones para no tener hijos, la presión social aún se mantiene con fuerza. “Sigue siendo una tendencia social preguntar a una mujer sin hijos por qué no los tiene. En cambio, al hombre no”, afirma. Otros motivos que estarían detrás de la decisión de no tener hijos son la dificultad de acceso al mercado laboral y tener que elegir entre familia y ascenso profesional. Pero hay otros como las causas económicas o querer un estilo de vida que no incluya tener niños. “Se cree que una mujer sin hijos es incompleta. Pero yo tengo una vida muy plena”, afirma Fernández-Miranda.

Pese a que hay menos tabúes y la sociedad está más abierta a todas las opciones de familia, la tendencia es presionar a la mujer para que se reproduzca. “Si nuestro entorno más cercano nos presiona, podemos tomar una decisión no deseada que puede tener consecuencias”, asegura Anna Cunyat, psicóloga y miembro de la junta del Col·legi de Psicologia de Lleida. Mujeres que acaban en la consulta del psicólogo por la presión que reciben, en la mayoría de casos de la familia, sobre todo, cuando llegan a cierta edad.

El informe de la UAB afirma que la sociedad debería abrir un debate sobre la infecundidad ante el elevado índice de envejecimiento de la población. Sin embargo, la antropóloga de la UOC insta a tener una visión más global. “El planeta está súper poblado. No nos vamos a extinguir porque haya mujeres que decidan no tener hijos”, dice. “Reproducimos siempre el mismo modelo de mujer y el cambio no será real hasta que la mujer deje de estar en el punto de mira”, afirma Enguix. ¿Quiénes son más felices? Aquí hay estudios para todos los gustos. Y ambos bandos resaltan que la felicidad está en aquello que eliges, con total libertad.

TESTIMONIOS

Mari Plana

, 43 años, sin hijos, de Torrefarrera.

«No tengo hijos porque no quiero»

“Lo de no querer ser madre lo llevo dentro desde siempre porque ya lo decía de joven. Me he dedicado mucho a mi trabajo y he apostado por disfrutar de la vida y nunca he sentido el instinto de la maternidad”. Habla así Mari Plana, una vecina de Torrefarrera de 43 años, subdirectora de oficina de Nationale- Nederlanden. Lleva un cuarto de siglo con su pareja, con quien comparte la decisión de no tener descendencia. “No tengo hijos porque no quiero. Reconozco que cuando cumplí 40 dudé por aquello de no arrepetirme después, pero al final decididmos que no. Me siento un poco egoísta porque mi opción es la fácil, pero no todo el mundo tiene que casarse y tener hijos, cada uno tiene que hacer lo que quiere”, asegura. Y reconoce que amigos suyos que han sido padres le han confesado que, a pesar de que sus hijos son lo mejor que tienen, si volvieran a nacer no tendrían. “A mí la gente no me ha machacado, pero es horrible presionar a las mujeres por esto. Eso sí, cuando lo tienes claro te tiene que dar igual”.

Mireia y Salvador

, pareja sin hijos de Castellnou de Seana.

«Un hijo te cambia la vida y a nosotros no nos apetece»

“Simple y llanamente no me apetece, nunca he tenido el deseo de ser madre”. Así se expresó Mireia Segarra, una vecina de Castellnou de Seana de 40 años que no quiere tener hijos. Mireia es administrativa y también trabaja como educadora canina de forma altruista. Además, es fotógrafa y voluntaria en la protectora de Tàrrega, donde pasa mucho tiempo libre. Mireia siempre ha estado de acuerdo con su pareja, Salvador Fernéndez, en la decisión de no ser padres y explica que su familia lo tiene del todo asumido. “Somos pareja estable desde los 16 años y lo hemos dicho siempre, desde bien jóvenes. Incluso, de haber querido ampliar la familia, hubiéramos adoptado”, afirmaron, aunque ahora también descartan esta opción. Salvador es Ingeniero Técnico Industrial de prefesión y, al igual que Mireia, da mucho valor a su libertad personal. “Improvisamos constantemente, hacemos lo que queremos en cada momento y sabemos que todo ello es incompatible con el hecho de tener hijos”, afirmaron. “Soy consciente que los niños te cambian la vida y yo no estoy dispuesta a cambiar la mía. No sé si esta forma de pensar es egoísta o no, pero creo que lo que sí es egoísta es tener un hijo sin haber analizado antes las consecuencias”, afirmó Mireia. “Nunca hemos tenido la sensación de que nos falte nada”. Y añadió “me encantan los niños, son fantásticos, puros, auténticos, pero no por ello quiero introducirlos en mi vida. Entiendo que la maternidad es una experiencia brutal, empatizo con mis amigas, pero yo quiero otro tipo de vida”. En cambio, Salvador reconoció que no es nada niñero. “Si la gente reflexionara, muchos no tendrían hijos”, concluyó.

Carmina Pueyo

, sin hijos, 51 años, Lleida.

«Muchas mujeres han parido porque ‘tocaba’»

Carmina Pueyo tomó hace muchos años la decisión de no tener hijos. “Alguna vez me lo planteé, seguramente por una cierta presión social, pero no me he arrepentido nunca. No concibo la idea de tener hijos para darle sentido a la vida y muchas mujeres han parido porque era lo que les tocaba en ese momento”, asegura esta leridana de 51 años, que fue concejala en la Paeria y que forma parte del grupo Dones Lleida. Ella misma reconoce que no haber sido madre le ha permitido hacer otras cosas que le han llenado tanto como la maternidad. “Hay cosas que me interesan más y me llenan más que tener hijos. Es simplemente así. Es una cuestión personal de saber lo que quieres en cada momento. No niego que no sea bonita la maternidad”, apunta Carmina, que forma parte de la Pastoral de Joves del Bisbat y que estudia en el Conservatorio. Y sobre la presión social en este aspecto asegura que “a mí me han presionado mucho para casarme, pero al no haber tenido pareja estable la gente no ha incidido tanto en el tema de ser madre. Eso sí, siempre preguntan y escuchas cosas”. “Se da por hecho que todas las mujeres tienen que tener hijos porque la maternidad siempre ha ido ligada al matrimonio y a la familia, pero yo soy tan mujer y tan feminista como el resto”, concluye.

Arboló Monell

, sin hijos, 37 años, Balaguer.

«Hace años que escucho que se me pasa el arroz o que soy egoísta»

“Es una pregunta que no hay que hacer porque es una decisión íntima y en cambio la gente te la hace de una forma gratuita”. Así responsable Arboló Monell, una joven de 37 años de Balaguer, a por qué ha decidido no ser madre. “La gente te juzga rápido cuando lo dices y escuchas comentarios de que no sé lo que me pierdo, que me voy a arrepentir, que se me pasa el arroz o que soy muy egoísta. Llevo años oyendo estas cosas y de gente que no tiene ninguna confianza conmigo. La función vital de la mujer para la sociedad sigue siendo ser madre y si no lo eres parece que estás incompleta”, asegura. Para Arboló, que trabaja en una gestoría de la capital de la Noguera, resulta anacrónico que en pleno siglo XXI siga existiendo este debate. “Me enerva que siga siendo noticia que haya mujeres que no queramos tener hijos. Me gustaría pensar que la presión que existe desaparecerá, pero va ligado a un problema más de fondo como es la percepción antigua que se tiene todavía de la feminidad”, apunta. Y es que ella está convencida de que a los hombres que optan por esta decisión no se les juzga como ocurre en el caso de las mujeres. “Parece que una mujer no es una mujer si no tiene pareja e hijos. Es un doble juicio al que se nos está sometiendo y eso no es igualdad. El hecho de tener que justificar continuamente mi decisión implica una culpa, como si fuera algo que no estuviera haciendo bien. Pero nadie tiene que meterse en mis decisiones”. ¿Cree que podrá arrepentirse en algún momento de su vida? “Nunca se sabe, pero ahora mismo es mi decisión y creo que es la mejor. En la vida hay tantas cosas de las que uno se puede arrepentir...”, reconoce.

ENTREVISTAS

Begoña Enguix

, antropóloga y directora del grado de antropología de la UOC

«Hoy se oculta menos no querer tener hijos»

¿Decidir no tener hijos es una corriente al alza? Es más posible socialmente y ahora se oculta menos. Antes, el único papel reservado a la mujer era el doméstico: reproductivas y cuidadoras. El acceso al mercado laboral y los avances conseguidos por el feminismo nos han dado otras posibilidades. Pero todavía hay muchos impedimentos.

¿Es un prejuicio sólo para la mujer o también para el hombre? Yo creo que sólo para la mujer. Al hombre no se le pregunta por qué no tiene hijos. Sigue siendo una tendencia social.

¿Carrera o familia? Compatibilizar la crianza con una carrera no es fácil, por lo cual sí que puede ser una opción por decidir no tener hijos. Aquí hay una desventaja femenina.

¿Qué consecuencias puede tener que cada vez haya más mujeres que no tengan hijos? Hay que tener una mirada más global. El planeta está superpoblado, lo cual nos permite tomar libremente la decisión de procrear o no.

¿Está la mujer en el punto de mira de la sociedad? Completamente, es necesario que nos dejen en paz. Ha habido un cambio en los últimos años, pero se tiene que democratizar el cuidado de la familia.

¿A qué ayudaría este cambio? Los medios, sobre todo la televisión, tienen un papel fundamental. Se transmiten modelos y comportamientos que van en contra del establecido.

María Fdez.-Miranda

, periodista y escritora

«Cuesta admitir que no quieres ser madre»

Por qué escribió el libro No madres. ¿Mujeres sin hijos contra los tópicos? Empecé a escribir porque me sentía perdida, tenía sentimientos contradictorios y necesitaba referentes. Me puse en contacto con la actriz Maribel Verdú y ella me animó a seguir.

Pero usted ha intentado tener hijos... He pasado por todos los estados. No me han gustado nunca los niños y no tengo instinto maternal. Pero me casé en los 35 y pensé: “Lo intentaremos.” Me sometí ni más ni menos que a siete procesos de fecundación. Me lo pasé muy mal.

¿Y si no lo deseaba, por qué pasó por este proceso? Cuando empiezo una cosa, lo tengo que acabar. Y también estaba la presión del entorno. No quería estar sola cuando envejeciera.

Se dice que una mujer sin hijos no está completa. Siempre mostramos el mismo modelo de mujer: aparejada y con hijos. El resto son modelos invisibles. Yo no quiero hacer apología de nada. Cada uno tiene que buscar su camino a la vida.

¿Qué sentimientos provoca la presión social? Te dicen que eres una persona ambiciosa y egoísta. Pero la felicidad se compone de muchos aspectos. Tienes miedo y vergüenza de admitir que no quieres tener hijos. La actriz Carmen Ruiz utiliza la expresión “salir del armario”. Es terrible.

Anna Cunyat

, psicóloga

«La maternidad no es un deseo universal»

¿Reciben presión las mujeres que no quieren ser madres? Sí, a pesar de ser tan legítima esta opción como la de querer serlo.

¿Cómo puede afectarlas? Si es muy fuerte y proviene de personas próximas, como de la pareja, puede hacerlas oír egoístas e inducirlas a tomar una decisión no deseada.

¿Llegan estos casos a las consultas de los psicólogos? Sí, porque se trata de una cuestión primordial a la vida y hay que llegar a un acuerdo. Si no es posible, hay que replantearse la relación de pareja.

¿Qué recomienda? Si la presión proviene de personas lejanas, no es necesario dar muchas explicaciones. En cambio, si se trata de la familia más próxima, lo mejor es exponer las ideas con sinceridad y explicar la opción de vida que queremos tomar. Tenemos que ser conscientes de que la maternidad no es un deseo universal, sino que sea una elección personal. En este sentido, lo más importante es no dejarse llevar ni actuar en contra de la propia voluntad. El hecho de ceder en este aspecto puede acabar teniendo unas repercusiones muy negativas.

¿Cree que los hombres están sometidos a la misma presión? No. Socialmente, está mucho más aceptado que un hombre no quiera tener hijos, a pesar que el deseo de maternidad o paternidad es igual en los dos géneros.

La líder laborista de Nueva Zelanda, cuestionada por la maternidad La última persona pública a verse empalmada en polémicas sexistas ha sido Jacinda Ardern, de 37 años y nueva jefe de la oposición a Nueva Zelanda, que podría convertirse en la primera ministra del país si el Partido Laborista gana las elecciones en septiembre. El hecho de estar casada y no tener hijos lo ha puesto esta semana en el punto de mira, después de tener que enfrentarse a preguntas sobre si tiene la intención de ser madre y si eso le impediría ejercer responsabilidades políticas. En su misma situación, sin descendencia, se encuentran al presidente de Francia, Emmanuel Macron; el de Holanda, Mark Rutte, o el de Italia, Paolo Gentiloni, aunque ninguno de ellos ha tenido que hacer frente a este tipo de cuestiones personales.

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