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ESTUDIO MUTILACIÓN GENITAL

Lleida, segunda ciudad catalana con más mujeres en riesgo de una ablación

Tien casi 1.300 mujeres de países donde es habitual, y en toda la provincia son 2.779

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Actualmente viven en Lleida ciudad 1.285 mujeres, de las que 346 tienen menos de 14 años, originarias de países donde la mutilación genital es todavía una práctica habitual. Esta cifra la convierte en la segunda ciudad catalana con más población femenina en riesgo de sufrir una ablación, solo por detrás de Barcelona. En toda la provincia, son 2.779.

Lleida es la segunda ciudad catalana, solo por detrás de Barcelona, en la que conviven más mujeres que están en riesgo de sufrir una ablación. Son un total de 1.285 leridanas, todas ellas originarias de los principales países en los que esta práctica ancestral es todavía habitual (Senegal, Gambia, Nigeria o Guinea, entre otros). De estas, 346 tienen menos de 14 años. Así consta en el mapa de la Mutilación Genital Femenina elaborado por la Fundación Wassu UAB, según el cual Barcelona es la ciudad catalana con más de mujeres en esta situación, 2.227, solo un millar más que la capital de Ponent. En ese listado de localidades catalanas con mayor población femenina originaria de alguno de los 28 países de África Subsahariana, Oriente Medio y Asia en los que la ablación está extendida, también aparecen otros municipios leridanos. El segundo de Ponent con mayor ‘riesgo’ es Cervera (ocupa la posición número 23), con 199 mujeres, y le sigue Guissona (en el lugar 24), donde residen 196 vecinas en esta situación. También aparecen localidades como Les, Mollerussa, Balaguer, Tàrrega, Alcarràs o Almacelles. Entre todos ellos suman más de 2.400 mujeres y la cifra asciende a 2.779 en toda la provincia, de las que 809 son menores de 14 años.

El riesgo radica en la posibilidad de que estas mujeres sean sometidas a una ablación en el momento en el que viajen, por diferentes motivos, a sus países de origen. Y es que no sería la primera vez que ocurre. En los últimos años han salido a la luz casos. Uno de los últimos, este mismo año, en el que una joven de Lleida de 24 años explicó en SEGRE cómo cuando tenía siete viajó con sus padres a Gambia, de dónde estos eran originarios, aunque ella ya había nacido en Ponent. Allí fue sometida a una mutilación genial. En 2015 se sometió a una reconstrucción del clítoris. Su caso contrasta con el de una niña del Segrià a la que los Mossos impidieron a principios de este año que se la sometiera a una ablación. Los servicios de prevención de la policía autonómica detectaron que la pequeña podría viajar al país de origen de sus padres, Mali, para ser mutilada. Desde el año 2008, los Mossos d’Esquadra han evitado una veintena de estos casos en las comarcas leridanas. Es el resultado de un protocolo que se puso en marcha en Catalunya en 2002 para hacer un seguimiento policial y judicial de casos sospechosos.

Vetan salir de España a dos niñas de la Segarra Los Mossos d’Esquadra y la justicia luchan conjuntamente para impedir que se practique la ablación a las mujeres que están en riesgo. Muestra de ello es la última decisión de la Audiencia de Lleida, que ha determinado que dos niñas de 2 y 9 años de la Segarra no podrán abandonar el Estado sin permiso judicial hasta que cumplan la mayoría de edad ante el riesgo de que sufran una ablación, según avanzó SEGRE hace dos semanas. Una decisión que el tribunal toma después de que se detectara que ambas pudieran ser víctimas de esta práctica ante el inminente viaje de sus padres a Mali, su país de origen. Los progenitores recurrieron esta decisión, que es permanente, al afirmar que se habían comprometido con el Protocolo de Actuaciones para Prevenir la Mutilación Genital Femenina. Sin embargo, los servicios sociales, pese a cerrar el expediente de riesgo, no pudieron confirmar al cien por cien que la familia no las someta a una ablación por tratarse de una práctica de la zona de procedencia de sus padres, habiéndose practicado en las mujeres de la familia de origen. La voz de alarma la dio el colegio de una de las menores ante un viaje inminente a Mali en marzo de 2016.

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