Lleida despide a Lluís Virgili

Cientos de leridanos dieron ayer su último adiós al director coral y pedagogo musical Lluís Virgili, que falleció el pasado jueves a los 92 años. Durante la emotiva ceremonia, la iglesia de Santa Teresina se convirtió en un palacio de la música presidido por una inmensa coral del Orfeó Lleidatà, que a través del canto expresó su gratitud al que fue su director durante cerca de cuarenta años (1953-1991).

Las nietas del músico fueron las primeras en tomar la palabra y recordaron con nostalgia los momentos que compartieron con el que fue “un enamorado de la cultura y el país, que siempre intentó transmitir la belleza de la música a través de la canción”. “Nosotras fuimos el telón de fondo de las actuaciones de nuestro abuelo y convertimos los pasillos de La Caparrella en nuestro patio de juegos”, explicaron las jóvenes, al tiempo que alabaron la creatividad de una familia que tenía como banda sonora “el tecleo incansable de la máquina de escribir”. El párroco que impartió la misa dio un mensaje de amor por la vida y positividad, al tiempo que agradecía a los presentes el apoyo hacia los familiares de Virgili, quien en su círculo más intimo “siempre hizo un llamamiento a la libertad con derecho a equivocarse y concebía la música como una oración”. El acto también acabó con el discurso de uno de los hijos del difunto, que agradeció las muestras de cariño a su padre y animó a los asistentes a cantar unas últimas piezas, pues “en nuestra casa nunca es un gran día si no se canta”.

Nacido en Manresa en 1925, Lluís Virgili sucedió a su padre en la dirección del Orfeó Lleidatà y, en los cuarenta años que duró su cargo, impulsó cada verano en Lleida más de 30 ediciones de cursos internacionales de música y canto coral. También tuvo su protagonismo en el mundo de la política al convertirse en diputado en el Parlament de Catalunya tras las primeras elecciones autonómicas.