SEGRE

PATRIMONIO LITIGIO

El alcalde de Villanueva de Sigena no entiende la “obsesión” por climatizar el monasterio

El acceso a la sala de exposición del monasterio de Sigena la semana pasada, cerrado con vallas.

El acceso a la sala de exposición del monasterio de Sigena la semana pasada, cerrado con vallas.LLEONARD DELSHAMS

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El alcalde de Villanueva de Sigena, Ildefonso Salillas, aseguró ayer que el gobierno aragonés invertirá nuevos fondos para la rehabilitación del monasterio de Sigena con el objetivo de instalar el sistema de climatización. Lo hace, para “mejorar” aún más las condiciones del espacio, pero considera que no sería imprescindible. “Si las pinturas han estado ocho siglos sin climatización, no sé a qué viene ahora tanta obsesión”, remarcó. Asimismo, Salillas negó que Aragón solo reclame obras a Catalunya y no a otros territorios del Estado y justifica la decisión asegurando que piden exclusivamente las adquiridas después de 1923, momento en que el monasterio quedó protegido por su declaración de Bien de Interés Cultural. El alcalde aragonés dejó claro que los 44 bienes en litigio con el Museu de Lleida no han vuelto gracias al 155, un contexto que considera que no ha “beneficiado a nadie”. Criticó que el ministro de Cultura permitiera a la Generalitat presentar un recurso de casación. La polémica en torno a las condiciones del monasterio para acoger las pinturas ha sido el blanco principal del debate por el retorno. La misma juez paralizó hace unas semanas su traslado argumentando la “fragilidad” de los frescos románicos. En el auto se ponía en duda la idoneidad del espacio y, según la juez, tampoco está acreditado que se haya terminado la restauración en la Sala Capitular para garantizar las condiciones óptimas para a su conservación.

Salida de los murales de Sigena al Museu Nacional d’Art de Catalunya Ildefonso Salillas también lamentó que el Museu Nacional d’Art no quiera trasladar ahora las pinturas a Sigena pero, en cambio, sí que permitiera que estas viajaran a Nueva York y Londres entre los años 70 y los 90. “Yo las desmonto cuando quiero pero para ir a Sigena, que está más cerca, no se pueden desmontar”, criticó. Solo han salido del museo algunos fragmentos desmontables de las pinturas que sirven para acceder a los arcos. Concretamente, se trasladó a Nueva York dos piezas pequeñas coincidiendo con la exposición ‘The Year 1200’.

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