SEGRE

SUCESOS ROBOS

Las mafias de los móviles

Centenares de teléfonos robados en Lleida acaban en manos de bandas que los colocan en África || Los ladrones son, a menudo, toxicómanos enganchados a la heroína, que han aumentado

Imagen de archivo de móviles, droga, joyas y dinero robados decomisados en una operación de los Mossos d’Esquadra.

Imagen de archivo de móviles, droga, joyas y dinero robados decomisados en una operación de los Mossos d’Esquadra.MOSSOS D’ESQUADRA

Creado:

Actualizado:

En:

Todo está conectado. La decisión de Obama de sacar a su ejército de Afganistán ha vuelto a llenar de toxicómanos las calles de Lleida. Parece que no tiene nada que ver, pero lo tiene todo. Para pagarse sus dosis, algunos toxicómanos roban móviles que acaban en manos de mafias que los colocan en África, sobre todo en Marruecos y Argelia.

Todos vivimos enganchados al móvil. En África hay miles de personas que no tienen ni siquiera wc, pero sí este aparato. Esa gente no puede comprar un Iphone o un Samsung de más de 600 euros, de ahí que las mafias que los han robado en Occidente hayan encontrado en este mercado un filón porque se los venden a un precio mucho más asequible. Según datos de Interior, en Catalunya se roban de media 200 móviles al día (73.997 al año). El primer eslabón de estas bandas organizadas son personas con escasos recursos, muchas veces toxicómanas. Y aunque parezca un delirio, algunos de estos drogadictos que roban móviles en Lleida están enganchados a la heroína... porque Obama decidió en 2008 que el ejército norteamericano abandonara Afganistán. Se pasó de 68.000 soldados americanos en Afganistán a poco más de 5.000 en 2017. Esta circunstancia provocó que los llamados señores de la guerra, que controlan porciones determinadas de territorio afgano con ejércitos privados, aumentaran las dotaciones de sus fuerzas armadas para protegerse los unos de los otros. Para financiar esta ampliación de su plantilla de combatientes solo tenían un recurso: potenciar la producción de opio, una de las pocas riquezas del país. El aumento de producción provocó que el consumo de heroína se extendiera en todo Occidente a precios cada vez más bajos.

Fuentes policiales han explicado a este diario que este cúmulo de circunstancias ha comportado que en Lleida se haya disparado el número de dependientes de la heroína, más económica que la cocaína. La situación guarda paralelismo con la vivida en los años 80 y noventa del siglo pasado. Como entonces, muchos de los drogadictos de hoy roban para financiarse sus dosis. Son los últimos eslabones de unas cadenas que tienen en su cúspide a poderosos delincuentes capaces de enviar desde el puerto de Barcelona a todo el mundo, sobre todo al Magreb, contenedores llenos de móviles robados. Eso es posible gracias a la corrupción, por supuesto. Sin ella, no existiría esta delincuencia a gran escala. Funcionarios de puertos o de otros puntos de control de las mercancías aceptan sobornos para hacer la vista gorda. A veces estos casos de corrupción se destapan por delaciones entre los propios delincuentes tras mantener diferencias económicas. Para entender el alcance de este funcionamiento corrupto, servirá pensar, en una escala más pequeña, en los numerosos guardias civiles que han sido detenidos a lo largo de los años por hacer la vista gorda en la aduana de La Farga de Moles ante el paso de tabaco ilegal.

Afganistán ha aumentado la producción de heroína y eso ha disparado el consumo en Occidente

En Catalunya se roba una media de 200 móviles al día, la mitad de los cuales, en Barcelona

Las fuentes policiales consultadas explican, como ejemplo, que el drogadicto que roba un móvil en Lleida puede cobrar unos 50 euros por un aparato que vale 600. Lo coloca en un piso en el que un receptador -una persona que adquiere el material a sabiendas de que ha sido robado- lo desactiva y lo pasa a un tercer eslabón por 75 euros. Así hasta el contáiner final. El mecanismo es similar en otras actividades delictivas, aunque en muchas el primer eslabón ya no es un drogadicto, sino un delincuente especializado. En el caso del robo del aceite registrado en los últimos meses en cooperativas de Arbeca y Les Borges Blanques, se necesita una importante infraestructura, empezando por un camión. En el caso del cobre, hace falta capacidad para colocar un material muy voluminoso. Como en cualquier mercado, la oferta y la demanda deciden. Los robos de cobre parece que han bajado tras unos años en los que abastecían las necesidades de fabricación de electrónica de China.

También hay diferencias en los robos en viviendas. Una cosa son los asaltos en l’Horta, en los que a veces solo se llevan maquinaria agrícola y botellas de vino o comida, y otra los cometidos en tres o cuatro pisos de un bloque tras forzar limpiamente el bombín de la cerradura. En este último caso, los ladrones se llevan solo dinero y joyas. El dinero lo cogen porque es de uso inmediato; las joyas, porque las colocan en una red que cuenta con joyeros que las adquieren y las funden para eliminar las inscripciones y reintroducirlas en el mercado.

lleida

Los robos con violencia generan una elevada alarma social. En el último año, se registraron un total de 228 asaltos en plena calle en las comarcas leridanas, cien más que en 2016. En este sentido, los robos con fuerza en los domicilios se mantienen al alza pese al incremento de la vigilancia policial y en 2017 aumentaron un 14% en Lleida. Según el balance de Mossos d’Esquadra, en 2017 se contabilizaron 859 robos con fuerza en viviendas en Ponent y Pirineo, un centenar más que un año antes. En la última Junta Local de Seguridad, los responsables policiales alertaron de que el incremento de este tipo de robos sigue siendo una de las principales preocupaciones por la alarma social que generan. En este sentido, destacaron aquellos cometidos por delincuentes locales y en zonas concretas como Pardinyes, La Bordeta o L’Horta, en el caso de Lleida ciudad.

Los datos de Mossos también señalan que aumentan los robos violentos en viviendas, establecimientos y en espacios públicos. En Ponent, se registraron el año pasado 10 asaltos violentos a viviendas, un 42,86% más y otros 58 a comercios, con un incremento del 31,82%. Los dispositivos electrónicos como móviles o tablets son el principal botín en los asaltos en espacios públicos, así como bolsos y carteras, donde muchos de ellos víctimas y agresores son menores de edad. Solo en tres meses, la Guardia Urbana ha arrestado a seis personas por robar móviles en la vía pública, en la mayoría de los casos utilizando la violencia.

Imagen de archivo de móviles, droga, joyas y dinero robados decomisados en una operación de los Mossos d’Esquadra.

Imagen de archivo de móviles, droga, joyas y dinero robados decomisados en una operación de los Mossos d’Esquadra.MOSSOS D’ESQUADRA

tracking