Lleida, un mar de confeti

El calor, la cultura popular y las ganas de fiesta fueron los protagonistas indiscutibles de la cumbre de la Festa Major de Maig, la festividad de Sant Anastasi. Así, con los casi 30º grados que marcaba el termómetro, algunos de los actos más multitudinarios de la mañana fueron la procesión y la ofrenda de flores al santo, que congregaron en el centro histórico a cientos de leridanos.

En un abarrotado Eix Comercial, el patrón salió de la Catedral sobre los hombros de los Armats de la congregación de Nuestra Señora dels Dolors, que cumple este año su 300 aniversario, y estuvo acompañado por el seguici de cultura popular, que recorrió la calle Major hasta llegar a una soleada plaza de Sant Joan en la que les esperaban los Diables de Lleida.

Entre fuego y percusión, el grupo pirotécnico ofreció un espectáculo en el que no faltó un ácido manifiesto que repasó todos los temas de actualidad: desde la polémica sentencia del caso de ‘La Manada’ hasta la aplicación del artículo 155. La fiesta siguió con una actuación conjunta de todas las entidades de cultura popular, en la que destacaron el Ball de Bastons, la Moixiganga, los Bastoners del Pla de l’Aigua, el Ball de Cavallets y los Capgrossos y Gegants, entre otros.

También participaron las pubilles, que tras un breve discurso del obispo Salvador Giménez que apeló a la convivencia, la fraternidad y la paz, dejaron sus abanicos en las sillas y celebraron el medio siglo de la ofrenda y afirmaron que “no podemos cambiar el mundo pero sí trasmitir los valores de respeto, solidaridad y convivencia”.