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MEMORIA HISTÓRICA FRANQUISMO

Familias de leridanos trasladados al Valle de los Caídos piden su exhumación

Primer paso para recuperar los restos de dos hermanos aragoneses fusilados en el 36

Vista de la capilla del Pilar, donde habría restos de leridanos.

Vista de la capilla del Pilar, donde habría restos de leridanos.SEGRE

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Los trabajos iniciados hace menos de un mes para proceder a la primera exhumación en el Valle de los Caídos ha abierto una puerta a la esperanza a los familiares de los más de 2.000 leridanos que, según algunas investigaciones de historiadores, estarían enterrados allí después de ser trasladados desde fosas comunes de la provincia.

Una esperanza. Esto es lo que tienen ahora las familias de los leridanos fallecidos durante la Guerra Civil y trasladados desde el cementerio de Lleida al Valle de los Caídos. Y la tienen después de que los peritos del Instituto Torroja de Ciencias de la Construcción, pertenecientes al Centro Superior de Investigaciones Científicas, iniciaran a mediados del pasado mes de abril los trabajos preliminares para la exhumación de los hermanos Manuel y Antonio Lapeña, procedentes de Villarroya de la Sierra (Zaragoza) y fusilados en 1936 por el bando nacional. Los trabajos en este caso, los primeros de estas características que se permiten en el polémico mausoleo, han podido comenzar por una orden del juzgado de Primera Instancia de San Lorenzo del Escorial, mientras que una resolución de Patrimonio Nacional autoriza la exhumación de Pedro Gil Calonge y Juan González Moreno, de las tropas franquistas. De momento, se hará un informe pericial del estado de los columbarios donde reposan sus restos y si es posible su traslado. Pero estos primeros pasos 80 años después de finalizar la Guerra Civil, dan ilusión y esperanza para que descendiente de fallecidos de uno y otro bando puedan cicatrizar heridas. Y es en este punto donde se encuentran las familias de los leridanos (o inhumados en la provincia tras fallecer durante la contienda) para recuperar los restos de sus seres queridos.

Algunas investigaciones apuntan a que en el gran mausoleo erigido para la gloria del dictador Francisco Franco en el valle madrileño de Cuelgamuros se encuentran los restos de más de 2.000 leridanos, ‘sacados’ con nocturnidad y sin permiso de las fosas en las que habían sido enterrados tras ser fusilados o morir a causa de las brutales consecuencias de la guerra. Se estima que en el Valle de los Caídos hay 60.000 personas enterradas y que numerosos republicanos yacen junto a Franco. El juez Baltasar Garzón intentó hace diez años que se exhumaran los restos pero la causa del ahora apartado de la judicatura quedó en agua de borrajas tras su condena.

Ahora, los primeros trabajos para exhumar restos abren el camino a las familias leridanas que llevan años batallando por sacar a sus seres queridos de ese lugar. “Nosotros ya lo hemos solicitado varias veces y el prior siempre nos lo ha denegado. Pero formamos parte del mismo grupo que la familia de los Lapeña y somos los siguientes”, explica a este diario Joan Pinyol, nieto de un soldado republicano que falleció tras ser prisionero de las tropas franquistas en Lleida. Fue enterrado en una fosa común en el cementerio de la capital del Segrià y trasladado después al Valle de los Caídos. “Estamos pendientes de los informes de los Lapeña, pero si fueran desfavorables, creo que nuestra causa puede prosperar porque mi abuelo está en una cripta en mejores condiciones. Solo hace falta voluntad política y judicial”, afirma. Pinyol lamenta que muchas familias, tras tantos años, acaban tirando la toalla. Pero recuerda que no están solos y forma parte de la Agrupación de Familias Proexumación de republicanos del Valle de los Caídos. “Fue tanta la indignación de ese traslado, que incluso familias con muertos del bando franquista se unen a nosotros”, señala Pinyol. Este nieto, vecino de Capellades, pudo visitar la cripta donde está su abuelo en 2010. Y solo pudo gritar: “Avi, el treuré d’aquí!”. También creen que pueden estar más cerca de sacar a su familiar de allí los descendientes de Josep Coll Escolà, un republicano de Oliana fallecido en Lleida. “Puede facilitar las cosas al resto de familias. Y sería una forma de hacer justicia”, aseguran.

Los restos de más de 500 leridanos reposan en la capilla del Pilar Joan Pinyol Colom estuvo en 2010 en el Valle de los Caídos. Pudo visitar la cripta donde descansan los restos de su abuelo, que fue trasladado junto a otras 502 personas que estaban enterradas en el cementerio de Lleida en 1965. “Hubo filtraciones de agua y en los 90 los trasladaron a la capilla del Pilar. Hay una lista con nombres y apellidos. Están en cajas de pino, revueltos, pero sería más fácil identificarles”, señala Pinyol. “En el caso de mi abuelo, serían más fácil, frente a muchos restos que están en zonas en muy mal estado”.

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