«Sacarlo de allí sería una forma de hacer justicia»

Un listado con cientos de nombres publicado por SEGRE en 2008 a partir de una investigación de la historiadora Queralt Soler devolvió a Mª Àngels Mas y a su familia a una cruda realidad. Josep Coll Escolà, el tío de su padre que había luchado en el bando republicano y al que habían llevado flores a la fosa del cementerio de la capital de Ponent durante años, no estaba enterrado realmente allí. Sus restos reposaban en el Valle de los Caídos junto a los del dictador Francisco Franco. “Lo descubrió mi padre por casualidad al ver el periódico. Vio el listado que se publicaba, se puso a buscar por si conocía a alguien y se encontró con el nombre de su tío”, recuerda esta vecina de Guissona. “En ese momento sentimos mucha rabia, mucha impotencia. ¿Quién es Franco para hacer una cosa así, para disponer del cuerpo de una persona, para robarlo?”, se pregunta todavía hoy indignada. Josep Coll vivía en Oliana y estaba soltero. Luchó con los republicanos y le hicieron prisionero en Lleida durante la contienda. Allí enfermó y lo enterraron en la fosa del cementerio de la capital de Ponent. Los intentos del juez Baltasar Garzón para investigar los crímenes del franquismo abrieron una esperanza en la familia de Mª Àngels Mas de poder recuperar los restos, aunque esta pronto se desvaneció por la inhabilitación del magistrado. Ahora, los trabajos para proceder a las primeras exhumaciones en el Valle de los Caídos hacen que vean una pequeña luz al final del túnel. “Puede facilitar las cosas al resto de familias. Nosotros no tenemos pensando hacer nada de forma individual porque sabemos que es un proceso duro y costoso, pero sí nos uniríamos a una entidad para reclamar”, asegura Mª Àngels Mas. Y es que su ilusión es poder enterrar a Josep Coll Escolà junto a su hermana en el cementerio de La Morana, núcleo de Torrefeta i Florejacs. “Sería una forma de hacer justicia”, sentencia.