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Lleida cierra el año con 600 muertes más que nacimientos

Imagen de archivo del área de prematuros del Arnau de Vilanova.

Imagen de archivo del área de prematuros del Arnau de Vilanova.SEGRE

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Una población en descenso y cada vez más envejecida. Este es el panorama registrado al cierre de 2017 en las comarcas de Ponent. Un año en el que se contabilizaron casi 600 muertes más que nacimientos. Según los datos de la encuesta sobre Movimiento Natural de la Población, publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Lleida registró el año pasado un total de 3.732 nacimientos, casi un 3% menos que en 2016. La estadística muestra que la cifra de natalidad es la más baja desde hace 15 años, con descensos destacados sobre todo durante los años de la recesión económica.

Pero mientras los nacimientos marcan otro saldo negativo, las defunciones aumentan. En 2017 se registraron 4.321 muertes en la provincia, un aumento del 7% respecto al año anterior, con 279 fallecimientos más. De esta forma, la provincia sigue perdiendo población, concretamente 589 personas, que resulta de restar la diferencia entre defunciones y nacimientos.

Desciende la natalidad y aumentan las defunciones, pero mantiene un saldo vegetativo positivo

En el caso del conjunto de España, este crecimiento negativo marcó su récord en 2017. Un año en el que el número de nacimientos es el más bajo desde 1999, mientras que el de defunciones es el más alto desde 1976. De hecho, España registra más defunciones que nacimientos por tercer año consecutivo.

Además, tiene un saldo vegetativo negativo (nacimientos respecto a defunciones de la población residente, descontando a los no residentes) de 31.245 personas, algo que ocurre por segunda vez en la última década pero de forma mucho más pronunciada. La primera vez fue en 2015, aunque la diferencia fue mucho menor, de 1.976 muertes más.

Nacimientos, deunciones y matrimonios en Lleida:

La estadística muestra que la edad media a la que las mujeres se inician en la maternidad volvió a incrementarse hasta los 32,1 años, la más alta de toda la serie histórica. También baja el número de hijos por mujer, con una media de 1,31 frente al 1,34 de 2016. La pérdida de población está siendo progresiva en los últimos años, coincidiendo también con el retorno de los inmigrantes a sus países de origen durante la crisis. Los expertos reclaman medidas que impulsen la natalidad, como tienen otros países europeos, con políticas sociales y de empleo, además de fomentar la conciliación. Así se evitarían algunas de sus consecuencias como el envejecimiento de la población o que haya vacantes en plazas de P-3, ya que en Lleida una de cada nueve queda vacante.

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