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El verano de nunca acabar

Muchas familias ‘movilizan’ a los abuelos para cuidar a los nietos en las vacaciones || Otra opción son las más de 800 actividades que se ofertan en Lleida, en las que participan 26.400 niños

‘Casalet’ organizado por Quàlia en Tàrrega en las instalaciones de la escuela Maria Mercè Marçal.

‘Casalet’ organizado por Quàlia en Tàrrega en las instalaciones de la escuela Maria Mercè Marçal.SEGRE TÀRREGA

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Las vacaciones escolares son tan largas que son pocos los padres que pueden encargarse de los niños todo el verano. Los abuelos juegan un papel primordial como cuidadores, muchas veces sin que lo hayan elegido, y otra opción son las más de ochocientas actividades que se organizan en toda la provincia, que movilizan a más de 26.400 niños

¿Quién tiene 81 días seguidos libres en verano? Muy pocos. Las madres o padres que hayan optado por dedicarse a cuidar a sus hijos, los que trabajan en casa, los que están en el paro y, por supuesto, los abuelos, que muchas veces se convierten en los cuidadores de los niños durante buena parte del verano, hasta que sus progenitores comienzan sus vacaciones. Ya ejercen esta labor durante el curso, ya que los horarios escolares y laborales no suelen ser compatibles. Un estudio de la Asociación de Servicios Integrales para el Envejecimiento Activo (Siena) constata que un 73,3% de los abuelos cuidan a sus nietos a lo largo del año, pero 31% no deciden cuándo, sino que son sus hijos los que lo hacen. Del total, un 59,38% argumentan como principal motivo que sus hijos trabajan y un 23,5% afirman que se encargan de sus nietos todos los días. Un 26,95% detalla que su principal tarea consiste en llevarlos a la escuela y recogerlos y un 23,91% les prepara la comida y/o la cena. El estudio se titula “Los abuelos y abuelas esclavos en Catalunya”, pero la mayoría no se identifica con ese concepto. Al contrario, un 38,3% niega que exista esta figura y un 30,3% cree que cuidar a los nietos es un regalo. Sònia Díaz, socióloga y responsable de proyectos de Siena, indicó que para este colectivo su trabajo de cuidadores no termina con el fin de curso el 22 de junio puesto que mayoritariamente los niños ya van a la semana siguiente a actividades diversas y han de seguir llevándolos, recogiéndolos y, en ocasiones, dándoles de comer. Díaz apuntó que esta situación se extiende a julio, de modo que muchos abuelos ‘hipotecan’ sus propias vacaciones, mientras que en agosto son los padres los que, si su situación laboral se lo permite, se dedican a cuidar de sus hijos.

No obstante, en la medida de lo (económicamente) posible las familias intentan inscribir a sus hijos en actividades para que estén entretenidos y/o aprovechen el verano para seguir formándose, puesto que cada vez es más habitual que las entidades programen sus ‘casals’, campamentos o talleres en inglés o que las dediquen a la tecnología (creación de robots o drones, por ejemplo).

Julio es el mes con más ‘casals’, muchos también con servicio de comedorMás de 800 niños de entre 3 y 12 años participaran este verano en la veintena de ‘casalets’ que organiza Quàlia, el servicio educativo de la Associació Alba de Tàrrega, en municipios del Urgell, el Pla d’Urgell y la Noguera, informa SEGRE Tàrrega. El responsable de Quàlia, Lluís Nadal, dice que “el mes estrella es julio mientras que en agosto las inscripciones bajan”. Explica que adaptan la oferta a la demanda de cada municipio y destaca que cada vez son más los ayuntamientos, AMPA o entidades que piden servicio de comedor para una mejor conciliación familiar. En 5 municipios también ofrecen horario de acogida de 8 a 9 horas. En cuanto a las actividades, la mayoría de familias piden ‘casalets’ en los que combinen cursillos de natación o propuestas acuáticas. Hace unos años, según Nadal, la mayoría pedían actividades con inglés y si bien ahora se mantienen, no es una de las principales demandas. Los ‘casalets’ tienen un coste de entre 27 y 42 euros por semana según el municipio y los servicios que prestan.Al ser una entidad social, que atiende a personas con especiales dificultades del Urgell y la Segarra, “cualquier niño con necesidades especiales tiene cabida ya que nos encargamos de poner veladores”, destaca Nadal. Como recuerdo de los casalets, este verano Quàlia regalará a todos los niños un detalle con impacto social, una pulsera Candela con la que colaborarán contra el cáncer infantil.

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