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Desenterrando la historia

Excavan en el Soleràs la fosa|foso común abierta mayor hasta el momento en Cataluña || Encuentran los cuerpos de 141 soldados y cinco civiles que se tendrán que identificar con pruebas genéticas

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Un equipo de arqueólogos ha encontrado los restos de cerca de 141 soldados de los dos bandos y cinco civiles que murieron durante la Guerra Civil y fueron enterrados en una fosa|foso común situada en el viejo cementerio del Soleràs, convirtiéndose así en la zona mayor exhumada hasta ahora en Cataluña.

La mayoría de cuerpos corresponden a soldados republicanos que murieron en un hospital de campaña instalado en esta localidad, aunque también hay veinticinco del bando nacional y algunos civiles que murieron durante el bombardeo del 24 de diciembre del año 1938.

La antropóloga directriz de la excavación, Anna Camats, explicó que de momento hay cinco individuos que tienen posibilidades de ser identificados: un soldado nacional de Burgos, otro de republicano de Maldà y tres civiles. “Los rasgos|tiros físicos descritos por los familiares y los datos que hemos recopilado durante la excavación, como la edad y los tratamientos quirúrgicos, nos hacen pensar que podría tratarse de las mismas personas”, apuntó Camats, a la espera de los resultados de las pruebas genéticas para identificar definitivamente los cuerpos. El Soleràs fue un punto estratégico durante los meses de julio y diciembre de 1938, cuando se instalaron en la localidad dos hospitales que atendían a los republicanos heridos en la batalla del Ebro y el frente del Segre.

Cuando la zona cayó en manos del ejército nacional en enero del año 1939, este bando aprovechó la misma fosa|foso para enterrar a sus soldados muertos a la batalla de las Garrigues. La excavación, impulsada por el Plan|Plano de Fosas|Fosos de la Generalitat, se inició el 16 de octubre del año pasado y en siete meses ha conseguido exhumar los restos de las ocho zanjas.

“Primero tuvimos que retirar el estrato superficial, un proceso bastante largo si tenemos en cuenta que es un cementerio viejo –se encuentra en desuso desde principios del siglo XX− y había mucha tierra acumulada.

Después de diferenciar los restos que pertenecían a la Guerra Civil, empezamos a diferenciar cada uno de los cuerpos y coger muestras genéticas para poder identificarlos más adelante”, explicó la antropóloga. La mayoría son hombres jóvenes y en algunos casos se encontraron evidencias de amputaciones y restos de vendas, así como balas, metralla y mantas con las cuales fueron envueltos. A pesar de tener tan sólo cuatro años cuando acabó la guerra, Adelaida Guiu, una vecina del Soleràs, recuerda con claridad algunos de los episodios más duros de la guerra.

«Siempre llevaban|traían a los muertos al viejo cementerio cuando era de noche, en un carro tirado por una mula. Mi madre nos decía a mis hermanos y a mí: ¡“venga, vayamos hacia casa que pasa el carro de los muertos”!», explicó la mujer, a la vez que añadió que “había un hospital de sangre y otro para los enfermos”.

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