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SOLIDARIDAD INICIATIVAS

Un amigo para los más mayores

La asociación Amics de la Gent Gran ofrece acompañamiento a las personas mayores para hacer frente a la soledad no deseada|| Cuenta con una treintena de voluntarios que atienden a 24 usuarios

Un amigo para los más mayores

Un amigo para los más mayoresAMADO FORROLLA

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La soledad no es siempre una mala compañera, aunque para las personas que han perdido a sus seres queridos o han visto cómo su salud se deterioraba el aislamiento puede hacerse una montaña. Precisamente combatir esta soledad no deseada se ha convertido en la principal meta de Amics de la Gent Gran, una entidad sin ánimo de lucro que a día de hoy cuenta con una treintena de voluntarios que acompañan a 24 usuarios en la ciudad de Lleida. “El objetivo es cubrir las necesidades emocionales de las personas mayores que se sienten solas y necesitan recuperar las relaciones sociales”, apunta Ester Catalán, portavoz de la entidad en Lleida. Los voluntarios acompañan a los usuarios durante dos horas una vez a la semana, ya sea para tomar un café, pasear o asistir a los talleres que ofrecen las entidades sociales de cada barrio.

Y es que, “más allá de pasar un rato agradable con estas personas, queremos que los voluntarios sean un vínculo con los recursos que ofrece cada barrio para que, poco a poco, vuelvan a retomar las relaciones sociales por sí solos”. La mayoría de casos de soledad no deseada llegan a la entidad a través de los Servicios Sociales y los Centros de Atención Primaria (CAP), que acercan estos recursos a las personas que han perdido a su pareja y se han aislado o bien tienen una necesidad emocional específica. Porque, según Catalán, “no solo atendemos a las personas que viven solas, sino a aquellas que físicamente pueden estas acompañadas pero sienten que necesitan otro tipo de relación fuera del núcleo familiar”. Además de visitas semanales, desde Amics de la Gent Gran se encargan de hacer un seguimiento mensual del usuario a través de llamas telefónicas, así como de programar actividades de ocio que fomentan las relaciones entre los vecinos de cada zona.

Este taller de estimulación cognitiva comenzará a principios de 2019 en las Llars Municipals

Esta asociación sin ánimo de lucro, que tiene sede en Lleida desde hace poco más de un año, atiende actualmente a cerca de un noventa por ciento de mujeres de edad avanzada (entre 80 y 91 años) que residen sobre todo en los barrios de Balàfia, Cappont, el Escorxador y la Mariola.

En este sentido, fuentes del consistorio explicaron que estos talleres de memoria continuarán este curso en las mismas llars que el año pasado − Llar Municipal de La Bordeta, Associació de Jubilats i Pensionistes de Blocs Joan Carles-La Mercè, Llar Municipal Sta. Cecília, Llar Municipal de Democràcia, Llar Municipal de Pardinyes, Llar Municipal de Sta. Teresina, Llar Municipal El Pilar, Llar Municipal de Bonaire y la Llar Municipal del Secà−, aunque no comenzarán hasta principios de 2019.

Además de las clases destinadas a “activar la memoria”, con un precio de cerca de 40 euros el curso, la Guía d’Activitats per a la Gent Gran que oferta el ayuntamiento de Lleida incluye multitud de actividades que pretenden dar respuesta a las necesidades de este colectivo, cada vez más numeroso y heterogéneo.

Retraso en los cursos de memoria que organiza la Paeria en las “llars” Marina decidió emprender la aventura del voluntariado hace un año, cuando estaba cursando los estudios de Trabajo Social y “quería dedicar mi tiempo libre a ayudar a la gente mayor”. Desde entoncese acompaña todas las semanas a Teresa, una mujer que perdió gran parte de su autonomía después de una caída y que ahora ha entablado una gran amistad con esta joven de 27 años. “La importancia de este tipo de actividades recae en el vínculo que se crea con los usuarios porque ahora considero a Teresa mi amiga: quedamos, la llamo para preguntar cómo está y cuando sé que es su cumpleaños también tengo algún detalle” explica. Sus visitas a Teresa consisten en dar un paseo, ir a tomar un café o simplemente pasar un rato agradable hablando en casa porque “nuestro objetivo es cubrir las necesidades emocionales de las personas mayores”. En este sentido, explica que “los usuarios no son los únicos que salen beneficiados de estos encuentros porque con Teresa también aprendo mucha historia y experiencias vitales”. “Durante una de las reuniones que hicimos con otros mayores dijo que para ella yo era un ángel caído del cielo y eso te llega adentro y te hace dar cuenta de la importancia de este proyecto. Es inmensamente gratificante y sorprendente ver lo feliz que puedes hacer a una persona con el simple hecho de escucharla y acompañarla”, apunta Marina, quien asegura que “recomendaría a todo aquel a quien se sienta cómodo con las personas mayores y tiene libre durante dos horas a la semana que emprenda esta voluntariado porque hay muchas personas que por cualquier razón se sienten solas. Yo, desde luego, volvería a apuntarme sin pensármelo dos veces”.

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