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La Urbana abre diligencias contra un pub de Lleida por racismo

La Urbana abre diligencias contra el controlador de acceso de un pub por impedir la entrada a un joven “por ser negro”, según el afectado || Investigado por un delito de coacciones leves

La Guardia Urbana abrió diligencias por un delito por coacciones leves.

La Guardia Urbana abrió diligencias por un delito por coacciones leves.SEGRE

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La Guardia Urbana de Lleida ha abierto diligencias contra el controlador de acceso de un pub de la calle Bonaire de la capital del Segrià que la madrugada del domingo supuestamente impidió la entrada de un joven por el color de su piel. El expediente está abierto por un delito de coacciones leves (antigua falta) que ha sido derivado al juzgado.

Los hechos tuvieron lugar entre las tres y las cuatro de la madrugada del domingo cuando una patrulla acudió hasta el lugar tras ser alertada telefónicamente de un supuesto caso de racismo. Un grupo de jóvenes denunció ante los agentes que el vigilante de seguridad del Baba Room había permitido la entrada a todo el grupo salvo a uno de ellos “por ser negro”, según afirmaron. Concretamente, el controlador de acceso habría afirmado “la gente como tú no puede entrar en el local”, según explicaron fuentes solventes a este periódico. Tras esta respuesta, los jóvenes decidieron llamar a la Guardia Urbana ya que consideraron que se trataba de un caso de racismo. Una vez allí, los agentes identificaron a los implicados y recabaron las distintas versiones, entre ellas la del encargado del local, que también se encontraba en el exterior tras ser requerido por los afectados. El encargado negó que en el pub se prohibiera el acceso por el color de la piel y que no había ningún motivo objetivo para no dejarle entrar. Asimismo, ayer un portavoz del local de ocio explicó que “el encargado se disculpó con el afectado cuando supo lo que había sucedido y explicó tanto al denunciante como a los agentes que no había ninguna razón para impedirle el acceso”. Ante estas versiones, la Guardia Urbana decidió abrir diligencias contra el controlador de acceso, que pertenece a una empresa de seguridad contratada por el pub, y le denunció por un delito leve de coacciones. Paralelamente, el encargado ofreció al grupo acceder al interior pero estos lo declinaron.

Para un delito de coacciones leves, el Código Penal prevé una pena de multa de uno a tres meses, con cuotas diarias en función de la renta. En 2017 se detectaron 54 víctimas de delitos de odio en la provincia de Lleida, según los datos del ministerio del Interior, de los que 22 casos fueron por racismo o xenofobia. En 24 casos el motivo fue por motivos ideológicos. Los Mossos tramitaron 15 denuncias, casi el doble que en 2016 (9).

Precedente con jóvenes Down en Lleida El dueño de otro pub de Lleida fue condenado en 2017 a ocho meses de inhabilitación profesional por el veto del local a 14 jóvenes con Síndrome de Down. El propietario del pub Fissure dijo que fue un acto desafortunado y aseguró que no volvería a ocurrir. La condena no comportó ni una sanción económica ni el cierre del local, por lo que pudo seguir abierto porque el hecho delictivo recayó sobre la persona. Down Lleida presentó una denuncia ante Fiscalía por vulneración de los derechos de las personas con discapacidad.

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