De 'casals de la gent gran' a centros para el diálogo entre generaciones

De casals per a la gent gran a casals cívics. Este es el cambio de rumbo que han emprendido a lo largo del último año muchos de los equipamientos en las comarcas de Lleida que la Generalitat destina al ocio y el bienestar de la tercera edad. El objetivo es que los miembros de este colectivo sigan siendo usuarios prioritarios y protagonistas de los servicios y las actividades que se organizan en ellos; y también favorecer que tengan contacto con personas más jóvenes y facilitar las relaciones entre generaciones.

El departamento de Asuntos Sociales y Familia lo considera un medio para “pasar de la asistencia a la gente mayor a empoderarla”. Para la conselleria, esto implica que “los casals para la gente mayor desaparezcan como tales y se conviertan en equipamientos multigeneracionales”.Los casals para personas mayores de Tremp y Les Borges Blanques pasaron a tener el pasado mes de julio la denominación de centros cívicos. Es el resultado de un proceso de transición en el que estos equipamientos introducen de forma progresiva en su programción cursos y actividades abiertas a gente de todas las edades, e incluso pueden ofrecer espacios para asociaciones y entidades locales. Así lo indicó personal de estos centros, que apuntó que solo cuando se consolida esta convivencia entre personas de diferentes generaciones se procede al cambio de denominación. Durante el pasado año 2018 lo hicieron los de Lleida ciudad, La Pobla de Segur, Tàrrega y Sort.

Actualmente, el de Balaguer es el único que conserva el nombre de casal de la gent gran, según datos de la Generalitat, si bien este equipamiento programa también desde hace algún tiempo actividades abiertas a todos los públicos. En las programaciones de esos centros puede encontrarse desde cursos para familiarizarse con tecnología doméstica como ordenadores y teléfonos móviles; hasta sesiones de yoga y mindfulness. El casal cívic de El Pont de Suert organiza “comidas en compañía” para personas mayores, mientras ofrecen a escolares la posibilidad de acudir a calentar en microondas la comida de sus fiambreras.

El bloque de pisos tutelados de Rialp, sin inquilinos A las afueras de Rialp se encuentra el edificio Germans Farrero, construido por dos octogenarios de la localidad y cedido al ayuntamiento para habilitar los primeros diez pisos tutelados para la tercera edad del Pallars Sobirà. Sin embargo, el inmueble lleva tiempo construido y sin residentes. El alcalde, Gerard Sabarich (JxCat), explicó que ha habido dificultades para hacer llegar el suministro eléctrico y que ahora están a la espera de que la empresa del gas lleve las conducciones hasta la parcela al norte del núcleo urbano. Solo entonces, apuntó, podrán obtener la homologación de la Generalitat para este equipamiento, dirigido a personas mayores con una elevada autonomía. Cuando reciban el visto bueno del Govern, el consistorio prevé sacar a concurso la gestión de las instalaciones. El edificio ha abierto dos veces sus puertas al público en apenas una semana. Primero fue para acoger actos de las fiestas de la localidad, y después para la presentación de las subvenciones del nuevo PUOSC en las comarcas del Pirineo.