Un belén viviente de Lleida, con jueces del Supremo en lugar de diablos y con una cárcel con los presos

El Pessebre Vivent de Linyola inauguró ayer su 21 edición presentando unos nuevos personajes en el infierno: los jueces del Tribunal Supremo. Vestidos con togas y también cuernos, preguntaban a todos los visitantes si eran o no inocentes, y, en caso de serlo, les sentenciaban a quemarse en las calderas de Pedro Botero. La carta de un rey de bastos completaba la escena. “Anteriormente, se escogía a través de una votación popular al personaje que debía quemar en las calderas. Este año es al revés y en la olla arden los protagonistas del proceso soberanista de Catalunya y también todas aquellas personas perseguidas injustamente por expresar sus opiniones o por ser disidentes con el sistema”, explicó el alcalde y también miembro de la Associació del Pessebre Vivent de Linyola, Àlex Mases. La escena lleva por nombre L’infern del procés a la terra y también incluye una cárcel con los presos del procés con imágenes de Oriol Junqueras, Jordi Sànchez o Josep Rull, entre otros, que sirve para finalizar la escena.

Fueron más de 800 personas, superando todas las previsiones, las que visitaron ayer esta representación navideña, que como es tradición contó con su propio caganer, personaje que este año ha asumido el actor leridano Ivan Caelles. En concreto, realizó un pequeño monólogo antes de iniciar la representación, para posteriormente ocupar su sitio en una de las escenas del pesebre.

El pesebre mantiene escenas tradicionales como la de la Natividad y oficios como el de “pellaire”

Son un total de 55 escenas, algunas tradicionales como la Natividad; oficios antiguos como el de pellaire y otras que rinden un homenaje a las tradiciones, como las bitlles. Todas ellas tienen como escenario el patio de les Monges, que rodea la iglesia, que abrió sus puertas para exhibir los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo este año que permitieron descubrir una lápida del siglo XVII.