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Compartir un siglo de vida

Joaquim Tolós Michavila cumplirá el próximo 1 de febrero su centenario con su familia y amigos en Lleida || Superviviente de la Quinta del Biberón, estuvo prisionero en un campo de concentración

Joaquim Tolós, con fotos que repasan momentos de su vida.

Joaquim Tolós, con fotos que repasan momentos de su vida.MAGDALENA ALTISENT

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Cumplir cien años no es algo extraño en las comarcas leridanas . Según el INE, un total de 166 vecinos de Ponent y del Pirineo con centenarios (a datos a 1 de enero de 2019). Uno de ellos es Joaquim Tolós Michavila, que el próximo 1 de febrero celebrará un siglo de vida rodeado de su familia y amigos. Comparte con SEGRE su intensa experiencia vital, acompañado de su hija Esther. Nacido en L’Aldea, a 4 kilómetros de Amposta, cuando tenía 16 años fue reclutado por las tropas de la República para luchar en la Batalla del Ebro en la Quinta del Biberón. Estuvo en la Serra de Pàndols, donde fue herido de bala en la rodilla. Cuenta que pasó un “vía crucis” para poder llegar a un hospital. “En Tarragona me ducharon, me quitaron toda la porquería que llevaba encima y los piojos a manta”, explica. Después, fue trasladado en tren a un hospital cerca de la frontera francesa. Tras dos meses y medio, le dieron el alta y volvió a ser reclamado para incorporarse al frente. Pero tras llegar a Salou, lo destinaron a la comandancia, donde pasó el resto de la contienda.

“La noche de Navidad nos subieron a un tren porque las tropas de Franco habían cruzado el Ebro. Todo estaba en sus manos”, recuerda Tolós. Allí empezó una de las experiencias más amargas de su vida. “Sin comer y con un frío que pelaba me fui caminando a Barcelona”, relata. Las tropas franquistas le enviaron al campo de concentración de Barbastro, que alcanzón los 6.000 prisioneros. “Tenía 17 años, pero tuve la suerte de que el sargento de cocina me conocía y el tiempo que estuve allí, unos 3 meses, no me faltó comida. Recuerdo que había muchos piojos”, explica. Tras salir del campo, estuvo trabajando como practicante en la caja de reclutas de Huesca hasta que lo trasladaron al campo de aviación de Tetuán. Cuatro años después, le obligaron a hacer la mili y lo trasladaron al campo de aviación de Reus. “Allí no necesitaban a ningún practicante y me destinaron a Alfés. Estuve dos años. Allí conocí a mi mujer, que vivía en Artesa de Lleida”, cuenta Tolós. Su familia estaba en Camarles e, incluso, explica que su madre le había buscado allí pareja para casarse. “Les dije que estaba enamorado y que lo sentía mucho pero tenía que dejarles”, añade. Ahí empezó una vida nueva junto a su esposa, Teodora Oró Solé.

Tras ser practicante en varios destinos militares, trabajó durante más de 30 años en una farmacia

Durante más de 30 años, estuvo trabajando como técnico en la farmacia Sangenís, que estaba situada en la avenida Prat de la Riba de Lleida, actualmente la farmacia Garrós. “Y aquí estoy”, resume con una sonrisa tras relatar toda su vida. Actualmente reside junto a su cuidadora Olga en el edificio Majèstic. Su hija Esther explica que hasta los 95 años estaba plenamente activo, pero que hace cinco se rompió la cadera y no puede andar. “Lo que más le gustaba a mis padres era viajar, incluso cuando falleció mi madre hace 12 años, él seguía viajando. Su lugar favorito era Benidorm”, comenta. Jugar al dominó y pasar las tardes en la plaza Ricard Viñes cuando hace buen tiempo son sus principales pasatiempos ahora. “Siempre estoy contento. Las he pasado negras. Pero ya están pasadas”, resalta. El próximo 1 de febrero cumplirá su centenario con una fiesta junto a su familia y amigos. “Busco a alguien que quiera comprarme años”, dice riendo Tolós, que tiene un nieto y dos bisnietos de 9 y 11 años.

Joaquim Tolós, con fotos que repasan momentos de su vida.

Joaquim Tolós, con fotos que repasan momentos de su vida.MAGDALENA ALTISENT

Joaquim Tolós, con fotos que repasan momentos de su vida.

Joaquim Tolós, con fotos que repasan momentos de su vida.MAGDALENA ALTISENT

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