“Después de tanto tiempo, los clientes son como miembros de la familia”

Lo primero que se encuentran las personas que llegan a Lleida en tren y comienzan a pasear por la Rambla Ferran es el quiosco Esteve, un establecimiento que lleva más de 77 años acercando la actualidad a visitantes y leridanos. Sin embargo, después de casi ocho décadas, Dolors Esteve y su hermano Eduard, actuales propietarios del local, bajan hoy la persiana. “En este quiosco está la vida de mi padre, que fue el que lo fundó y la nuestra también”, explicó Dolors. Tanto es así que ella nació literalmente entre las paredes del quiosco. “Por aquel entonces el puesto no estaba en plena calle sino que se encontraba en los bajos del número 49 de la rambla. Mi madre se puso de parto y le dijo a un cliente que avisara a mi padre, que estaba vendiendo periódicos en la estación de autobuses. Cuando llegó yo ya había nacido”, explicaba la propietaria. Hoy a primera hora de la mañana y por última vez después de tanto tiempo, volverán a colocar a la vista toda la prensa y las revistas, los coleccionables y numerosos productos más a la espera de que los clientes vayan a comprarlos. “Llevamos tantos años que para nosotros los clientes son nuestra familia. Hemos conocido a niños que se han hecho mayores y ahora vienen con sus hijos. Todavía tengo clientes de mi padre ”, aseguró Dolors Esteve. En este sentido, ambos hermanos aseguran que esta última semana está siendo muy dura. “Esto parece un velatorio y mañana (por hoy) será el entierro. Cada día viene gente a despedirse de nosotros y a desearnos suerte”, se lamentaban y añadieron: “solo podemos estar agradecidos por todo el cariño recibido de la gente y todo lo que hemos aprendido durante todos estos años. Esperamos haber estado a la altura”.