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Diez consejos para el bienestar de personas con demencia durante el confinamiento

Los expertos de Fundación ACE coinciden en que la elaboración de un horario propio es fundamental

Imagen de archivo de una caminata contra el Alzhéimer en Mollerussa.

Imagen de archivo de una caminata contra el Alzhéimer en Mollerussa.ITER5

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Ante la situación generada a raíz del coronavirus SARS-COV-2, muchas familias se encuentran confinadas en el domicilio para evitar la propagación del virus. Las personas mayores de 65 años son un colectivo de riesgo y, por lo tanto, las medidas de prevención y protección específicas son fundamentales para garantizar su salud y seguridad.

En este contexto, es relevante prestar atención a las personas con demencia o Alzhéimer, ya que habitualmente tienen configurada una rutina que les permite funcionar con cierta autonomía el máximo tiempo posible, pero, de repente, la han visto interrumpida. Se trata de una situación difícil para todo el mundo, pero a una persona con demencia, la pérdida de esta rutina puede desembocar en situaciones difíciles de gestionar como pueden ser la irritabilidad, la agresividad, la desorientación o la tristeza. ¿Cómo les podemos explicar que no pueden salir de casa? ¿Cómo las podemos ayudar?

Las recomendaciones de los expertsde Fundación ACE:

1. Seguir un horario adaptado a la situación. Es un momento excepcional y, por lo tanto, el horario también lo tiene que reflejar: como tenemos que estar todo el día en casa y no tenemos tantas actividades a hacer, no hace falta madrugar pero sí establecer un horario de levantarse. Por la noche, hace falta mantener el horario habitual de ir a dormir y preservar, así, los hábitos del sueño, ya que evitará que durante el día sufran cansancio.

2. Mantener los hábitos. Aunque durante el confinamiento pasamos el día en casa, es importante mantener los hábitos de higiene y de vestirse, para no caer en la apatía y el descuido personal.

3. Alimentarse de forma saludable. Hay que seguir una dieta variada y equilibrada dentro de las posibilidades, evitando comidas pesadas: en días de confinamiento se consume menos energía y por lo tanto se necesita menor ingesta calórica. Se tendrá que prever que la alimentación sea rica en fibra con el fin de evitar el estreñimiento ante la caída de la actividad física. Hace falta, pero seguir una buena hidratación durante el día y acompañar también a la persona afectada en la toma adecuada de la medicación.

4. Prever ratos para la socialización. El horario a seguir también tiene que prever algunos momentos para que las personas afectadas se puedan socializar, manteniendo siempre, sobre todo, las medidas adecuadas estos días: se puede, sin embargo, hacerse una videollamada con los nietos, hermanos, amigos... Estas relaciones son importante para minimizar el sentimiento de soledad, tanto de la persona cuidada como de su cuidador.

5. Hacer actividades de estimulación cognitiva. Es una parte fundamental para mantenerse activo mentalmente. Se pueden encontrar actividades fáciles que gusten a la persona e ir combinándolas. Algunos ejemplos son hacer sudokus, leer en voz alta, copiar poemas o textos, ejercicios de palabras... Las herramientas podenser desde el papel y lápiz hasta las tabletas digitales, si la persona sabe utilizarlas.

6. Llevar a cabo actividades creativas. Sin duda, seguir con las actividades que habitualmente hace ayudará a mantener un buen estado de ánimo. Desde hacer ganchillo, hacer manualidades tipo origami o puntos de libro, o, en el caso de los que están en una fase más adelantada, pintar una caja o recortar figuras derevistes.

7. Hacerlos partícipes. Es importante que las personas afectadas participen en tareas sencillas del hogar como regar las plantas, barrer o poner la mesa; aunque hay que entender que puede ser que se equivoquen. El sentimiento de ser útiles para el hogar fomentará su autoestima.

8. Hacer actividad física. Moverse y hacer cierta actividad física es importante durante el confinamiento: se pueden subir escaleras o hacer ejercicios que movilicen el cuerpo dentro de las posibilidades, como por ejemplo, bailar. Es recomendable que estas actividades se planifiquen durante la mañana, a ser posible intercaladas con actividades más sedentarias, y no cuando están cansados o antes de dormir.

9. Cuidarse. Pintarse las uñas, peinarse, o hacerse un masaje en los pies o en las manos son algunas de las acciones más frecuentes y sencillas que se pueden hacer para el propio bienestar. Pero también hay que encontrar algún rato para escuchar música que le guste, por ejemplo.

10. Dedicar tiempo a los intereses. Si la persona desarrolla habitualmente la espiritualidad, tanto si es mediante meditaciones guiadas de mindfulness como rogar, por ejemplo, también se recomienda dedicar tiempo para favorecer su tranquilidad.

Amèrica Morera, subdirectora de la Unidad de Atención Diurna de Fundación ACE, destaca que “en líneas generales, se trata de preservar al máximo la rutina, pero hacerles participar en actividades que les hagan sentir útiles también mejorará su autoestima y estado de ánimo”.

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