La Vall de Boí reabre el románico

Una de cal y otra de arena en La Vall de Boí. Si el miércoles se conocía la anulación de las fiestas de falles hasta el año que viene, ayer reabrió sus puertas después de casi tres meses Sant Climent de Taüll, el templo más emblemático del conjunto de iglesias románicas Patrimonio de la Humanidad. Vecinos del municipio fueron los primeros en disfrutar de nuevo del edificio románico y del mapping audiovisual, extremando las medidas de higiene y distanciamiento de dos metros entre personas, además de la reducción de aforo. Así, se ha limitado a solo 15 personas cada hora y se ha cerrado el campanario al no poderse garantizar el distanciamiento en este espacio. Para reactivar las visitas, hasta el 21 de junio el acceso será gratuito, aunque los visitantes deberán conseguir la entrada on line a través de la web del Centre del Romànic de La Vall de Boí. En el primer día de reapertura, los visitantes fueron vecinos, algunos de ellos emocionados por poder volver a entrar en la iglesia, como Pepita Puyol, que aseguró que no recordaba haberla visto tantos días cerrada como ahora. Otros, como Cecília Jordana, propietaria de un establecimiento turístico en Barruera, visitó Sant Climent con sus dos hijos para conocer de primera mano las medidas que se han aplicado y poderlas explicar a sus clientes.

Así, antes de entrar en el templo, los visitantes deben limpiarse las manos con gel hidroalcohólico dispuesto en la puerta. En lugar de los bancos donde el público se sentaba a contemplar el mapping, ayer se encontraron con unas marcas en el suelo que indican dónde deben colocarse para la proyección. Una vez finalizada, la gente puede hacer una pequeña visita al templo, tras la cual el personal limpia los puntos del suelo donde se ubicaron y todo aquel material que han podido tocar durante su estancia en el interior de la iglesia.

Dentro de 4 días se verificará el funcionamiento de estas medidas para poder ir reabriendo de forma progresiva el resto de templos del conjunto románico. La alcaldesa, Sònia Bruguera, confió en que este verano el románico atraiga a muchos visitantes a La Vall de Boí.