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SANIDAD BIOÉTICA

Récord de los testamentos vitales

Cerca de 4.000 leridanos han firmado un documento de voluntades anticipadas para no alargar su vida de forma artificial|| En la última década estos registros se han cuadruplicado en Lleida

Vista de un formulario del documento de voluntades anticipadas, disponible en la web de Salud.

Vista de un formulario del documento de voluntades anticipadas, disponible en la web de Salud.EP

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Cada vez son más los ciudadanos que eligen decidir en vida cómo quieren morir. Según las últimas cifras publicadas por la conselleria de Salud, casi 4.000 leridanos ya han suscrito un documento de voluntades anticipadas para dejar escrito que, llegado el momento, no quieren alargar su vida de forma artificial. Es una cifra récord en las comarcas de Ponent y también en Catalunya, donde desde 2002 se han registrado más de 102.600 de estos documentos. Se trata de dejar por escrito las instrucciones sobre intervenciones y tratamientos médicos que la persona desea que se le administren si una enfermedad física o psíquica les impide expresar su voluntad. Según los datos, el año pasado se firmaron un total de 1.308 documentos de voluntades anticipadas en las comarcas leridanas, lo que supone un aumento del 10,3% respecto a los registros de 2018 y una media de tres firmas al día. Este tipo de documentos son cada vez más conocidos por la población, según se aprecia en los datos ya que en la última década las firmas se han cuadruplicado. El informe de Salud destaca que Lleida se encuentra por delante de poblaciones como Cornellà, Reus o Santa Coloma de Gramenet en cuanto a número de documentos en vigor. A la hora de firmar, prácticamente no hay diferencias entre hacerlo ante notario o con testigos, aunque la primera sigue siendo la opción mayoritaria. En el conjunto de Catalunya, la firma de documentos de voluntades anticipadas ha aumentado más de un 19% en el último año, con una media de 29 firmas al día en 2019. En el 62% de los casos, los firmantes son mujeres, sobre todo a partir de los 60 años, aunque cada vez hay más gente por debajo de los 40 que deciden dejar por escrito su última voluntad en el final de la vida. Un documento que orienta a profesionales y familiares por una muerte digna.

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