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Rocío Carrasco pone una sola condición para reconciliarse con su hija

La hija de Rocío Jurado está contando su vida en Telecinco.

La hija de Rocío Jurado está contando su vida en Telecinco.MEDIASET

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La última vez que Rocío Carrasco vio a su hija fue el 27 de julio de 2012, el día de la brutal paliza que la adolescente de entonces 15 años le propino a su madre. Rocío Flores denunció a su madre por maltrato pero finalmente fue ella la que fue condenada por la agresión. La propia Rocío Carrasco ha relatado los términos de esta sentencia, desgranando los delitos por los que fue condenada a seis meses de libertad vigilada: maltrato habitual, injurias y amenazas.

En el nuevo episodio de su serie documental, Rocío reveló que no puede retomar la relación con su hija por el momento, porque tanto ella como su padre quisieron meterla en la cárcel y dice que se podría recomponer partiendo de una base: que Antonio David Flores no esté en sus vidas.

“No puedo mantener, muy a mi pesar, ningún tipo de relación con una persona que tiene a la otra persona al lado y que ha intentado meterme en la cárcel”, recordaba Rocío y es que fue su hija la que la acusó a ella de maltrato: “No es que tu hijo te dé una paliza ¡Que es anti natura! Que es que ha ido y me ha puesto una denuncia en connivencia con su padre y le ha dicho a su padre: ‘Papá ya está hecho'. Hoy por hoy no puedo. Y la persona que lo quiera entender que lo entienda y quien no pueda, que no lo entienda”.

Después de la paliza, Carrasco no quería que su hija volviera a casa porque sentía "pánico". "Era alguien a quien no conocía. Era alguien a quien había parido pero no tenía un ápice mío en su cuerpo. Yo no soy así, yo hubiera sido incapaz de hacer eso con mi madre, ni con nadie, mucho menos con mi madre. A esa niña la he parido yo, pero no tiene nada mío, nada. Muy a mi pesar, pero no tiene nada mío. Llegué a tener miedo por mi vida", confiesa entre lágrimas.

Aunque Rocío Carrasco no quería declarar contra su hija, tuvo que hacerlo, ya que se enfrentaba a pena de prisión. "Para mí se había pedido pena de prisión. Tuve que narrar lo que había sucedido para responder a las preguntas de la señoría y de la fiscal. Cuando termino mi declaración es la fiscal la que le dice a la jueza que de oficio, investigue a la niña por un posible delito de malos tratos de ella hacía mí. Yo no quería por nada del mundo que eso sucediera. Yo no quería que mi hija tuviera que pasar por esa situación, pero no quedaba más remedio. O dices la verdad, o te enfrentas a un juicio por maltrato habitual que conlleva pena de prisión"

La que no se consideraba probada fue la otra agresión, la que sufrió por parte de su hija “con un cuchillo”. No ha entrado en detalles, solo que tiene la cicatriz en un dedo y que quiso hacer entender a su hija que no podía actuar así. Luego lo negó ante la justicia porque no quería ser la culpable de que se ampliara la condena a su hija. 

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