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La nueva, nueva normalidad

Los leridanos se vuelcan en recuperar los restaurantes para cenar o los bares, hasta las 23.00 h, así como la movilidad estatal || Otra desescalada después de casi 200 días de restricciones duras, mientras que los dos estados de alarma han marcado el día a día durante nueve meses y 21 días

Toni Márquez, responsable del restaurante Aggio de Lleida.

La nueva, nueva normalidad

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Si hace un año nos hubieran dicho que en mayo de 2021 iniciaríamos una nueva desescalada, habríamos vuelto a pensar en una película de ciencia ficción de guion mediocre. Pero ha sido así y hoy comienza una nueva etapa: los restaurantes recuperan las cenas después de meses; los locales de ocio nocturno reabren con licencia de bar a la espera de su propio protocolo de normalización de la actividad y Catalunya ya puede recibir sin cortapisas a viajeros y visitantes, a la par que los catalanes también pueden salir.

Las restricciones han definido nuestras vidas durante largos meses y seguirán haciéndolo pero con algo menos de asfixia. Las limitaciones impuestas por el estado de alarma no solo han malherido la economía.

También han afectado de lleno a los vínculos sociales y las relaciones familiares. Lleida es territorio de frontera y, como tal, cientos de familias y amigos conviven separados por unos pocos metros, una larga frontera administrativa y, hasta ahora, un cortafuegos invisible e infranqueable contra el virus de la Covid.

Hoy se levanta la barrera y se impone la libre circulación, que vuelve para quedarse si el ritmo de vacunación sigue como en las últimas semanas y el resto de datos también acompañan.

El último estado de alarma ha durado casi 200 días y junto con el primero, suman 9 meses y 21 días en esta situación de excepcionalidad. Las principales fechas en estos meses han sido estas: el 14 de marzo de 2020 el Gobierno declaró el primer estado de alarma.

Este tuvo seis prórrogas y decayó el 21 de junio. Cuando finalizó, como también ocurre a partir de hoy, las medidas son asumidas por las autonomías.

En Catalunya, la Generalitat ha recibido el aval judicial a mantener restricciones como el límite máximo de seis personas en encuentros. El segundo estado de alarma se decretó el 25 de octubre.

En el mismo caso, si bien es cierto que hubo cierta desescalada por Navidad, cabe recordar que el confinamiento comarcal se impuso entre el 8 de febrero y el 26 de abril. Además del límite a personas reunidas, lo hay en los aforos en comercios, bares, restaurantes, locales de culto, de ocio y de deportes.

Hostelería y comercio amplían horarios.

Toni Márquez, responsable del restaurante aggio de lleida

Toni Márquez regenta el restaurante Aggio de Lleida y reconoce que al principio de la pandemia pensaba que “las restricciones no durarían mucho, un par de meses, por lo que cuando nos cerraron aproveché para pintar y reformar el restaurante”. Así fue como pasó en el primer cierre, pero el que sin duda fue más duro para su negocio fue el segundo, el de julio. “Había recuperado a mis 6 trabajadores del ERTE, había llenado las neveras y tenía reservas. Nos volvieron a cerrar, al final tuve que recurrir a créditos ICO para ir manteniendo el negocio”, lamenta Márquez.

La prórroga de las restricciones y las sucesivas olas de contagios hicieron que la hostelería estuviera semanas cerrada, lo que provocó angustia en el sector. “He pasado muchos días sin dormir, preocupado por cuándo podríamos volver a abrir y temer no poder seguir adelante con el negocio”, dice

Márquez, que añade que “en la hostelería, si alguien ha perdido este año 80.000 euros ha perdido poco, eso te lo aseguro”.

Estamos encantados de reabrir, aunque no sé si cuadrarán los números

Ahora, Márquez afronta el fin de las restricciones con optimismo y, por el momento, su clientela está respondiendo. “Ya tengo reservas para comer y cenar el domingo y estamos encantados de poder abrir y cumpliendo todas las medidas, porque al cliente lo que más le importa ahora es sentirse seguro en un sitio que no sea su casa”, recalca Márquez, por lo que critica que “porque dos lo hagan mal se criminalice a todos los hosteleros”.

Paralelamente, el responsable del Aggio admite que, si bien está contento con reabrir, tiene dudas de si realmente saldrá rentable. “El local al 100% de funcionamiento, toda la plantilla trabajando y comprando nuevos productos para tan solo poder atender al 30% de la capacidad... es muy difícil, por no decir imposible, que te acaben saliendo los números”, lamenta.

Además, espera que el Govern vaya siendo “más flexible” y ampliando el horario de las cenas: “es el 50% de nuestra factura”.

jordi ferández, 'wika', jefe de restauración mosicopa

“Tengo mucha esperanza en esta nueva etapa, que encaro con ilusión y muchas ganas de crear platos nuevos", opina Jordi Fernández, 'Wika', jefe de restauración del restaurante Mosicopa, en La Seu d’Urgell. El responsable del establecimiento explica que después de más de un año sin poder servir cenas en su local, “estamos ante un renacimiento y un redescubrimiento” de las noches que “también me genera cierta incertidumbre”.

Afronto esta reapertura con ilusión y con ganas de crear platos nuevos

Entre las primeras cosas que le apetece hacer, confiesa, destaca “dar a probar a mis clientes creaciones nuevas”, algo que siempre hace para “contar con su aprobación antes de introducirlas en la carta”, especializada en comida japonesa.

El restaurante ha sobrevivido el último año potenciando la opción de la comida para llevar, algo que hacía ya con anterioridad, pero que considera “muy monótono”. Antes de la pandemia, 'Wika' y su equipo preparaban unos 5 servicios por noche y ahora hay días que llega a los 30 pedidos. “Estoy seguro de que nuestros clientes se volverán a acostumbrar a venir a cenar y la comida para llevar dejará de predominar porque, si no es así, será una locura combinar las dos cosas”, explica.

Otro de los platos que tiene ganas de volver a preparar, dice, son los postres. En este sentido, asegura que “he tenido que tirar mucho producto durante todo este tiempo porque la gente solo pide comida, y el postre y la bebida han dejado de ser una prioridad”. Y añade: “tengo suerte de que el vino no caduca”.

Ahora ya hace algunos días que Jordi Fernández ha empezado a elaborar helados, muy presentes en la carta de dulces.

Anna gragera, vecina de almacelles

Desde la pasada Navidad Anna Gragera, vecina de Almacelles, no puede ir a ver a sus padres que viven en Altorricó, a tan solo 10 kilómetros de su vivienda por el cierre perimetral. “El estado de alarma nos ha separado demasiado tiempo y nos ha impedido recorrer esta distancia entre Lleida y Huesca, y ahora solo tenemos ganas de reencontrarnos y estar con la familia, que vive en Altorricó y Barbastro”, explica Anna.

Por fin puedo ir a ver a mis padres a Altorricó

Asegura estar ilusionada por volver a la normalidad e ir los sábados con sus allegados hasta Altorricó. Añade que pese a las restricciones de movilidad durante este tiempo sí ha visto a sus padres porque podían cruzar la frontera administrativa para acudir al médico, ya que su centro de referencia es el Hospital Arnau de Vilanova.

“Cuando tenían visita aprovechábamos para comer y estar juntos unas horas”, dijo.

José antonio hidalgo, gerente de la discoteca lit

Uno de los sectores más perjudicados y afectados por la pandemia ha sido el del ocio nocturno, que celebra el fin de las restricciones horarias y se prepara para abrir después de un año en el que apenas ha levantado la persiana un par de veces.

José Antonio Hidalgo abrirá la discoteca Lit hoy, ya que “he obtenido autorización de bar y podré abrir de 18.00 a 23.00 horas”. Ha extremado todas las medidas de seguridad y restringido el aforo a un 30%, lo que supone unas 200 personas. "Además no se podrá entrar si no se ha hecho reserva previa y para hoy ya está al completo, la gente tenía ganas de salir”, asevera.

Respecto a cómo ha sobrevivido este año, Hidalgo dice que “tuve que dar de baja a todos mis trabajadores y repescarlos para la reapertura, ha sido sin duda el año más duro de nuestras vidas y creo que eso puede suponer que el sector del ocio nocturno cambie algunas prácticas”.

No creo que volvamos a cerrar, a finales de año volverá la normalidad»

Respecto a si cree que pueden volver a cerrar, Hidalgo se muestra optimista. “No creo que volvamos atrás, de hecho, espero que gracias a la vacunación podamos tener un verano más o menos tranquilo y que a finales de

año todo esté de vuelta a la normalidad”, dice el gerente de la discoteca. Por otro lado, Hidalgo reconoce que está “muy feliz de poder volver a la actividad”, pero reconoce que “con el aforo actual es muy difícil que una noche te salga rentable, pero creo que este fin de semana será muy animado”.

Xavier canut, responsable del hotel roch de altron

Xavier Canut regenta el Hotel y Restaurante Roch de Altron, en el Pallars Sobirà, y pese a mantener abierto el

hotel desde Semana Santa, no ha podido trabajar al 100% en el restaurante ni ofrecer el servicio de cenas. “A partir del domingo con el fin del estado de alarma esto cambiará y se nos abrirá un abanico de negocio más amplio para intentar volver a la normalidad”, dijo.

Dar cenas será un balón de oxígeno importante

Añadió que desde la finalización del confinamiento comarcal las reservas en el hotel aumentaron y los fines de semana ha estado lleno (el establecimiento tiene 10 habitaciones). Asegura que el fin del estado de alarma también animó las reservas para los fines de semana, aunque desconoce la procedencia de los visitantes porque la mayoría se tramitan por internet.

No obstante, sí reconoce que esta última semana le han confirmado reservas a partir de la primera semana de junio de turistas alemanes. “Tenían la reserva hecha hace meses, pero ha sido esta semana que han llamado y confirmado que en junio vendrán. Ello supone que deben tener permitida la movilidad y están vacunados”, dijo.

Añadió que muchos de los clientes del hotel proceden también de la Comunidad Valenciana, Aragón, País Vasco o de Inglaterra.

“Han sido unos meses muy malos porque durante la semana no había nadie, solo algunos trabajadores, y los fines de semana antes de que se flexibilizara la movilidad, tampoco. Ahora necesitamos volver a trabajar y parece que se está animando y el verano será bueno o muy bueno por el número de reservas”, dijo.

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