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¿Por qué triunfan las telenovelas turcas?

En 2020 se han emitido 3.286 horas de ficción turca en cadenas españolas

Una escena de ‘Mi hija’ en Antena 3.

Una escena de ‘Mi hija’ en Antena 3.SEGRE

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Las series turcas han experimentado un crecimiento del 85% en 2020 y 2021. Mientras en 2018 vemos este tipo de producciones ocupaban únicamente 491 horas en televisión, en 2020 esa cifra se ha disparado hasta las 3.286 horas. Se trata de un crecimiento del 85%, según un informe elaborado por Dos'30.

'Fatmagül', una ficción que versaba sobre una mujer víctima de una violación en grupo, se estrenó en Nova en 2018 y con una media de 744.000 espectadores, se convirtió en la ficción con más seguimiento en la historia de Nova. Unos registros que, en muchas ocasiones, consiguieron ponerse por delante de algunas ofertas de los canales generalistas. A la estala de 'Fatmagül' Divinity emitió  'Kara Sevda (Amor eterno)' (2,8%) y 'Erkenci Kus: Pájaro soñador' (3,1%). 

Pero el punto de inflexión es la llegada de 'Mujer' en plena pandemia.  Atresmedia adquirió sus derechos para emitirla en Nova, pero finalmente se estrenó en julio de 2020 en horario de prime time en Antena 3, consiguiendo un 16,9% y 2.004.000 de espectadores de media. En diciembre del mismo año se estrenó 'Mi hija', ficción que se ha convertido en la más vista de la temporada 2020/2021, con un 16.9%, 2.587.000 espectadores y una fidelidad del 53%.

Contraprogramando a 'Mujer' Telecinco empezó a emitir  'Love is in the air' en enero de 2021, pero anotando resultados por debajo de lo esperado: desde su primer mes de vida se quedó en un 11.2% de share y 1.351.000 espectadores de media. En este caso, su fidelidad se queda en un 36,8%.

Las series turcas no son tan diferentes de las telenovelas latinoamericanas que tan de moda estuvieron en los 80 y 90: capítulos largos (de una hora y media más varias pausas publicitarias) con escenas de celos, amor, traïción, venganza, giros de guión rocambolescos y finales inesperados. Però la marca de la casa es la lentitud: su especialidad son las secuencias a cámara lenta y los primeros planos con música intensa. Todos sus protagonistas, incluso los secundarios, cumplen con los cánones de belleza mediterránea, de ahí que muchos sean también modelos. En ellas, no obstante, se tratan temas impensables hace unos años, como las violaciones en ‘Fatmagül’, la violencia familiar en ‘Madre’ o el tráfico de órganos en ‘Amor de contrabando’. 

Turquia produce unas 100 series al año que luego vende a más de 150 países. Este tipo de ficciones se ruedan en las principales ciudades del país y sus historias no necesitan un gran despliegue de medios para ser contadas. El precio medio de un capítulo es de unos 250.000 euros y se ruedan en tiempo real, es decir, lo que se graba una semana se emite la siguiente. Así, hasta que no ven que las audiencias son rentables no se rueda el siguiente. Esta estrategia  permite apostar solo por las historias que son bien aceptadas entre el público. De hecho, después de Estados Unidos, Turquía ya es el segundo país que más series produce y exporta, aunque la mitad son canceladas antes de llegar al final de temporada.

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