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Un hostelero gallego 'amenaza' con invitar a Coca-cola y Red Bull a los niños que molesten

Un hostelero gallego 'amenaza' con invitar a Coca-cola y Red Bull a los niños que molesten

Un hostelero gallego 'amenaza' con invitar a Coca-cola y Red Bull a los niños que molesten

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Harto de que los niños molestaran a los clientes, decidió tomar cartas en el asunto y pagar a sus padres con su misma moneda. Domingo González, propietario de la cervecería Vikinga de Viveiro (Lugo) ha colgado un curioso mensaje en la pizarra del establecimiento en el que, con mucha ironía, intenta que los padres se conciencien de lo molestos que pueden llegar a ser sus hijos. “Pretendo arrancar una sonrisa y al mismo tiempo que los padres se den cuenta de ese olvido que tenemos a veces de nuestros hijos cuando llegamos a un establecimiento", explica Domingo en declaraciones a La Voz de Galicia.

En el cartel advierte que “todo aquel niño que permanezca sin supervisión de los padres será invitado por la casa a 3 Red Bull y a 6 Coca-Colas, para que después lo aguanten los papás en casa”.

Domingo pretende con este aviso hacer ver a los padres que si los niños molestan hará que se los lleven a casa con mucha más energía. “Todos sabemos que incluso los adultos cuando tomamos cocacola nos cuesta conciliar el sueño, pues imagínate esa dosis de bebidas energéticas lo que alteraría los nervios de un niño. La locura que se viviría con esos niños en casa”.

Domingo entiende que a veces es complicado controlar a los pequeños. “Yo también soy padre y los niños necesitan libertad y movimiento, tienen que quemar esa energía que tienen”, reconoce. Pero no está dispuesto a que molesten a otros clientes. “En alguna ocasión le he preguntado a un padre si el niño era suyo y me contestó que estuviera tranquilo, que no hacía nada. ¡Tuve que advertirle que se estaba comiendo las croquetas de la mesa de al lado!, cuenta divertido Domingo.

También sus camareros han sufrido las consecuencias de niños a los que sus padres no vigilan. “Tuvimos un siniestro, un niño atropelló a uno de mis empleados cuando iba con un patinete dentro del local”, afirma. “No somos una guardería”, reivindica una de las camareras, “a mi alguna vez un niño me tiró una bandeja llena de pinchos”. Domingo reconoce que también hay padres y niños modélicos, pero que hace falta concienciar a muchos. 

Por ahora no han tenido que cumplir su ‘amenaza’ e invitar a ningún niño a esas bebidas energéticas. Lo que sí ha conseguido es arrancar sonrisas. Son muchos los clientes que se hacen fotografías y selfis con el cartel y lo comparten en redes sociales.

“Sobre todo he tenido reacciones positivas, pero también algún comentario de padres indignados, que decían que no vendrían a este bar”, cuenta Domingo. Las respuestas de la mayoría de los usuarios recomendaba a esos padres leer entre líneas y hacer uso de la ironía.

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