Las brujas regresan a Cervera

Las brujas devolvieron ayer por la noche el Aquelarre a la capital de la Segarra después que la pasada edición la fiesta fuera suspendida. De la mano del GREPP Teatre, las entidades locales resucitaron el Mascle Cabró que apareció en escena dentro de un ataúd. Fue un cara a cara entre los grupos de percusión locales Bandtokades y Bombollers que, acompañados por los Diables Carranquers y los Geganters, comenzaron el espectáculo volviendo a los orígenes de la fiesta en el Carreró de les Bruixes.

Danzó la Polla al ritmo de los diablos, luego aparecieron los gigantes del Aquelarre y con ellos, los elementos que engalanan el Carreró de les Bruixes, la media luna, el reloj, una oreja y, finalmente, la bruja del Aquelarre y las entidades invocaron al Mascle Cabró que salió de una réplica de la boca del infierno que se utiliza para la pasión medieval.

La fiesta culminó con el Foqueral de la mano de Carranquers pasada la medianoche. Según el alcalde, Joan Santacana, “ha sido en formato local sin masificaciones. De hecho, las entidades tenían muchas ganas de recuperar la tradición del fuego y las brujas”.

Para la edil del Aquelarre, Mireia Brandon, se trata de un formato reducido de la fiesta y son las mismas entidades las que con la ayuda del público se ocuparon de la invocación del Mascle Cabró. La celebración comenzó por la tarde con el tradicional Aquelarret que, en su 22 edición, contó con la participación de unos 150 miembros de las colles infantiles de Bombollers, Geganters y Diables de Cervera Carranquers.

Música, danza y fuego con el hilo conductor que puso la compañía local Alea Teatre, que se encargó de presentar a los grupos y de cerrar el acto con la presentación del nuevo Cabronet, obra del artista de Solsona Pere Giner.

Por la noche también el Mascle Cabró estrenó máscara, obra del artista local, Xavi Badia.