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Un verano para todos en Terres de l'Ebre y Costa Daurada

En el paraíso mediterráneo que se extiende de Terres de l’Ebre a la Costa Daurada, las posibilidades son tantas como los tipos de viajeros. El mar y la montaña se dan la mano en estos dos destinos de Tarragona donde pasar unas vacaciones variadas y sorprendentes.

Senderos en Alcanar, siguiendo la ruta del Camí de Ronda: Foto: Patronat de Turisme de la Diputació

Senderos en Alcanar, siguiendo la ruta del Camí de Ronda: Foto: Patronat de Turisme de la Diputació

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Cuatro comarcas al sur de la demarcación de Tarragona conforman Terres de l’Ebre, una región que cuenta con una biodiversidad incomparable y paisajes de una belleza única. Más allá del Delta del Ebro, quizás su destino más conocido, hay mucho por descubrir. Vivir una experiencia inolvidable es sencillo en este territorio tan diverso, con planes que conquistarán a todos los tipos de viajeros.

Igual de diversa es la Costa Daurada, por donde transcurren senderos de montaña y de bosque desde los que se divisan sus playas de arena fina. Una de las grandes ventajas de estas comarcas mediterráneas es que los visitantes no tienen que recorrer distancias largas para combinar naturaleza e historia, mar y montaña o aventuras con planes más tranquilos.

Turismo sostenible en Terres de l’Ebre Si buscamos los 100 mejores destinos sostenibles del mundo, encontraremos en la lista Terres de l’Ebre, una Reserva de la Biosfera que tiene mucho que ofrecer. La naturaleza es, sin duda, el punto fuerte de estas cuatro comarcas del sur de Tarragona, que cuentan con un 35% del territorio con la consideración de espacio natural protegido. El lugar más famoso de la zona es el Delta del Ebro, una desembocadura donde la fusión del agua dulce y salada da lugar a una flora y fauna tan ricas como características.

Además de este humedal protegido, el mayor de Catalunya, la región sur de Tarragona cuenta con otros atractivos como el parque natural Els Ports. Recorrer sus rutas de senderismo es la mejor opción para admirar sus monumentales árboles y la belleza de su singular paisaje, gobernado por abruptas montañas calcáreas.

Pero hay muchas formas diferentes de acercarse al mar a lo largo de los 142 kilómetros de costa de Terres de l’Ebre. Quienes visiten el Delta se encontrarán con un litoral de arena fina para un fantástico día de playa, pero también se puede recorrer su paisaje mediterráneo, ya sea en bicicleta o caminando, por el Camí de Ronda.

Snorkel, kayak, kitesurf, buceo… todas las actividades acuáticas son posibles en esta costa, incluso la navegación. Porque el río Ebro se puede navegar en barco o en piragua, desde Riba-Roja d’Ebre hasta la desembocadura, y las playas de Terres de l’Ebre son ideales para la práctica de todos los deportes náuticos.

Sabores con mucha historia Los pueblos marineros de la zona (L’Ametlla de Mar, El Perelló, L’Ampolla, La Ràpita, Les Cases d’Alcanar) nos conectan con lo mejor de su gastronomía: el arroz del Delta del Ebro en una gran variedad de platos tradicionales, así como sus pescados y mariscos, protagoniza un menú donde el mejor acompañante es el vino DO Terra Alta. Allí, los secretos gastronómicos de esta zona costera esperan a los visitantes.

(Llagut lo Sirgador en Tortosa. Foto: Tortosa Turisme)

Y si además de en las tradiciones nos queremos zambullir en la historia del lugar, encontraremos asentamientos muy bien conservados de diferentes épocas. La Fiesta del Renacimiento nos llevará unos siglos atrás en Tortosa, la capital de la región, donde se celebra cada mes de julio. Mirando un poco más atrás, el medievo nos espera en el castillo de los templarios de Miravet, del siglo XII. En Alcanar o Tivissa podremos recordar cómo vivían en los poblados íberos y, por último, El Perelló, Freginals o Ulldecona conservan pinturas rupestres.

No podemos olvidar que uno de los frentes más activos de la Guerra Civil española fue esta zona, donde se libró la Batalla del Ebro. Los hechos se recuerdan en varios centros de interpretación y las terribles consecuencias del conflicto tienen un nombre: Corbera d’Ebre, arrasado en la época y ahora un pueblo fantasma que atrae a algunos curiosos.

De la montaña al mar, en Costa Daurada Subiendo por la Costa Daurada disfrutaremos de uno de los tramos más hermosos del litoral mediterráneo, que muchos eligen recorrer en bicicleta. El cicloturismo es una de las actividades más demandadas en esta costa de clima suave y bonitas playas, pero no es la única posibilidad. Los que prefieran pasar las vacaciones a remojo tienen una gran variedad de opciones de ocio acuático, pues estas aguas cristalinas son ideales para practicar pesca deportiva, kayak o kitesurf. Nàutic Parc en Salou, Cambrils, Mont-roig del Camp y l’Hospitalet de l’Infant son algunos de los puntos de referencia.

Hacia el interior se despliegan otras opciones de planes para desconectar o para vivir emociones intensas. Admirar la belleza del paisaje al ritmo que cada uno elija desde un kayak es posible en el entorno del pantano de Siurana o el embalse dels Guiamets. Y los más aventureros encontrarán en Alcover y la naturaleza de Muntanyes de Prades una zona perfecta para el descenso de ríos y barrancos con ayuda de guías expertos.

Los amantes de la adrenalina también tienen la posibilidad de practicar escalada: profesionales de todo el planeta se citan en Margalef Suriana, un paraje famoso entre los montañeros. Por supuesto, estos enclaves se pueden conocer sin arriesgar demasiado, recorriendo los muchos kilómetros de rutas para caminantes y ciclistas que los atraviesan.

(Escalada en Siurana. Foto: Patronat de Turisme de la Diputació)

Genios del vino y del arte De los interminables viñedos del Priorat nace una de las seis denominaciones de origen de la Costa Daurada y por ellos pasean quienes eligen el enoturismo como su plan preferido para las vacaciones. Esta zona de bodegas muy bien valoradas se puede conocer gracias a rutas como ‘Los latidos del vino’ (de Falset a Gratallops y Bellmunt), que combina el paisaje con catas y otras actividades para enseñar la vinicultura del lugar a los visitantes.

Otra interesante alternativa, con una filosofía basada en el turismo sostenible y la revalorización del producto local, es escoger alguna de las rutas que aglutina Camins Km0 para conocer, por ejemplo, los refugios antiaéreos de Alt Camp y el barrio judío de Valls. Y para conectar con la historia y la cultura, nada mejor que visitar el legado romano de Tarragona, ciudad declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Los pasos del modernismo y de sus arquitectos de referencia están a la vista en Reus, población que embellecen edificios emblemáticos como Casa Navàs o el Institut Pere Mata, obra de Lluís Domènech i Montaner. Pero la opción más cultural de todas es dejarse llevar por el ‘Paisaje de los Genios’, dedicado a cuatro artistas universales con una fuerte conexión con la provincia de Tarragona: de la arquitectura de Gaudí, precisamente en Reus; a Pau Casals y su música en el museo que le rinde homenaje con vistas al mar en El Vendrell, su lugar natal; sin olvidar la pintura de Joan Miró, en una masía en Mont-roig del Camp que fue su taller; y terminando con el legado de Picasso en Horta de Sant Joan, donde regresamos a las Terres de l’Ebre.

(El cicloturismo es una de las actividades estrella en la Costa Daurada. Foto: Patronat de Turisme de la Diputació de Tarragona)

De sur a norte o de norte a sur, kilómetros y kilómetros de caminos y carreteras nos están esperando para dejarnos sorprender, a pie o en bici, por la riqueza de la Costa Daurada y Terres de l’Ebre, un territorio donde los viajeros disfrutarán de miles de experiencias únicas.

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