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La Unesco decide esta semana en Rabat si declara a los 'raiers' Patrimonio Cultural Inmaterial

La Pobla de Segur, Pont de Claverol y Coll de Nargó confían en que este reconocimiento contribuya a preservar el oficio

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La Unesco celebra desde este lunes y hasta el 3 de diciembre la 17.ª reunión del Comité de Salvaguardia de Patrimonio Cultural Inmaterial en Rabat (Marruecos). Durante el transcurso del encuentro se decidirá si los raiers entran en la lista de Patrimonio de la Humanidad. La Pobla de Segur y Pont de Claverol, en el Pallars Jussà, y Coll de Nargó, en el Alt Urgell, confían conseguir este reconocimiento. Para todos, ser Patrimonio de la Unesco será una manera de preservar el oficio y servirá también para rendir un homenaje a todas las personas que durante años han destinado su vida al transporte fluvial de la madera. La candidatura se ha presentado conjuntamente por Austria, Chequia, Alemania, Letonia, Polonia y España con cuarenta asociaciones madereras.

El alcalde de la Pobla de Segur, Marc Baró, ha destacado que si los raiers pasan a ser Patrimonio de la Humanidad, esta pequeña localidad pallaresa sumaria ya tres distinciones de la Unesco, junto con la fiesta de las fallas y el Geoparc Orígens. Por su parte, su homólogo en Coll de Nargó, Martí Riera, ha puesto en valor el trabajo hecho en la confección de la candidatura y concluye que obtener un resultado negativo sería una "gran sorpresa". Además, destaca que este reconocimiento serviría para "fortalecer" las asociaciones que han apostado por conmemorar el antiguo oficio del transporte fluvial de la madera.

Mientras, el presidente de la Associació de Raiers de la Noguera Pallaresa, Miquel Gordó, ha dicho que esta distinción tendría que ayudar a internacionalizar más la fiesta y a disponer de más facilidades para darla a conocer. Así, cree que el hecho de alcanzarla sería un reconocimiento a los antiguos raiers, a la gente que ha recuperado la fiesta para honrar al oficio y a los actuales que festividad a festividad bajan con rai por seis kilómetros de río. Gordó ha destacado que de siempre ha tenido mucha relación dado que su familia es originaria del Pont de Claverol, punto de parada de los raiers cuando bajaban por la Noguera Pallaresa desde los bosques del Pirineo. Posteriormente, sus padres estuvieron en el momento de la creación de la asociación y años más tarde fue él quien la presidió.

Si en la Pobla de Segur hay alguien que ha estado estrechamente vinculado con los madereros y no sólo con los de la Noguera Pallaresa es Àngel Portet, presidente de los raiers durante años, también de la Asociación Internacional y ahora presidente de honor de esta entidad. Él mismo ha recordado que el año 2010 en Rovereto, en el Trentino, en una asamblea de la Asociación Internacional ya se habló de pedir incluir a los raiers en el Patrimonio de la Unesco. En el encuentro del año siguiente, celebrado en Alemania, se acordó iniciar el proceso y coincidiendo con la Trobada Internacional de Raiers de la Noguera Pallaresa del año 2012, que tuvo lugar en la Pobla de Segur con la presencia de más de veinte asociaciones, ya se empieza a trabajar para preparar la candidatura.

Portet ha explicado que llegar hasta aquí no ha sido un camino sencillo, dado que en un primer momento el Ministerio de Cultura no quiso formar parte de la candidatura. Así, destaca la presión hecha por todas las asociaciones madereras de Cataluña, Comunidad Valenciana, Aragón, Navarra y Castilla La Mancha sirvió para conseguir formar parte de la candidatura presentada el año 2021. Por este motivo, asegura que el reconocimiento de la Unesco pondría en valor el trabajo de los antepasados madereros y la fiesta que rememora este oficio que consistía en el transporte fluvial de la madera desde los bosques del Pirineo hasta el mar.

En el mismo sentido se expresa Emili Molins, que había presidido la Associació de Raiers de la Ribera del Segre y que todavía se mantiene en la junta de la entidad. Así, explica que vive con "mucha intensidad" el hecho que la Unesco pueda declarar esta semana la fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial y también destaca que este reconocimiento supone el "final de un camino", teniendo en cuenta todo el proceso para conseguir formar parte de esta candidatura. Además, cree que la distinción servirá para poner en valor la importancia que tenía este oficio en la economía de las zonas donde se llevaba a cabo y señala que hubo un 'boom' con la demanda de vigas para casas del eixample de Barcelona.

En su caso, la implicación con la fiesta le llegó "un poco de rebote", según dice, ya que empezó a participar en el momento en que se estaba preparando un museo dedicado a los raiers en Coll de Nargó. Entonces, le preguntaron si conservaba herramientas de su padrí, que había sido raier. Él, que desconocía que su abuelo se había dedicado a este oficio, empezó a buscar y cedió el material que encontró en el equipamiento. A partir de aquel descubrimiento, decidió empezar a ayudar en la construcción de los rais y después ya se encargaba de ligar y remar.

Uno de los raiers más jóvenes que ha participado en el descenso por el río Segre casi cada verano desde que tenía 11 años es Bernat Peytivi. Vive todo este proceso del reconocimiento por parte de la Unesco con "mucha ilusión" y dice que tiene ganas de ver como evoluciona la fiesta una vez se conviertan en Patrimonio Cultural Inmaterial. Así, espera que la distinción ayude a darla a conocer y a que haya más gente, empresas e instituciones que se impliquen. Para él, el hecho de vivirla en primera persona le ha servir para tener más vínculo con las "raíces" y cree que hay que seguir conmemorando el oficio en el cual trabajaron los antepasados del pueblo.

El oficio de raier

El oficio de raier se basa en el transporte de la madera por el río y los rais eran las embarcaciones que se montaban y les servían para bajarla. Para poder hacer su trabajo, contaban con la ayuda de otros trabajadores de la madera como los picaderos, que la talaban de los bosques, y los tiradores, que la arrastraban con mulas hasta cerca del río donde los raiers montaban la balsa. Entonces empezaba la parte más dura, la de atar las maderas de la balsa y conducirlas hasta llegar al mar.

El transporte de la madera por los ríos fue, durante siglos, un modo de vida. Los raiers perduraron hasta a principios del siglo XX, cuando se construyeron las presas y aparecieron los camiones. Pero este oficio ha existido en todo el mundo, desde el África hasta el Canadá, pasando por Japón, donde también existen agrupaciones que lo conmemoran. Es por este motivo que desde 1986 se celebran los Encuentros Internacionales de Raiers por todo el mundo para recuperar y rememorar este oficio, que a partir de este diciembre, en la Pobla de Segur y en Coll de Nargó confían en que sea reconocido por la Unesco.

La edición anterior de la bajada de los 'raiers' de la Pobla de Segur.

La edición anterior de la bajada de los 'raiers' de la Pobla de Segur.JORDI ECHEVARRIA

Coll de Nargó vive la última Bajada de los

Coll de Nargó vive la última Bajada de los "Raiers" en veranoACN

Pistoletazo de salida de la candidatura de los raiers a optar a patrimonio de la humanidad por la UNESCO el 29 de junio del año 2012 en la Pobla de Segur. En el acto participaron autoridades y una decena de representantes de asociaciones de raiers.

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